La iniciativa OptiClean, respaldada por una subvención de 5.5 millones de DKK del Programa Danés de Desarrollo y Demostración Verde (GUDP), tiene como objetivo resolver el problema de las zanahorias medio podridas en los cajones de verduras de los consumidores. Al optimizar los procesos de lavado y pulido, el proyecto busca reducir el desperdicio de alimentos a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la industria y las cadenas minoristas hasta los consumidores. Wyma, con décadas de experiencia en el lavado y pulido de vegetales, ha tenido el privilegio de ser invitada a participar en este proyecto.
El desperdicio de alimentos en la industria hortofrutícola es uno de los más elevados en términos de cultivos desaprovechados. Muchos de nosotros hemos experimentado la frustración de revisar la nevera o la despensa, solo para encontrar productos olvidados y en proceso de descomposición, destinados inevitablemente al compost. La preferencia de los consumidores por productos impecables y frescos, sumada a la corta vida útil de las frutas y hortalizas, resulta en casi 100,000 toneladas de desperdicio en los hogares daneses cada año. Esta situación demanda una revisión exhaustiva de los métodos de manejo para mejorar la vida útil de estos productos.
Un aspecto crucial en el manejo de tubérculos, como zanahorias, remolachas y patatas, es el proceso de lavado. Cuando uno entra a una tienda de comestibles hoy en día, la apariencia de estos tubérculos es muy diferente a la que tenían en los campos donde fueron cosechados. La mayoría de los tubérculos se lavan antes de llegar a los consumidores para parecer limpios y atractivos en los estantes y para facilitar su manejo en la cocina. Sin embargo, aunque esta práctica aumenta su atractivo y consumo, también acorta su vida útil. El proceso de lavado elimina la tierra, pero introduce microorganismos del suelo en el agua. Estos microorganismos, aunque no son dañinos, pueden favorecer los podridos y reducir la vida útil de los tubérculos, especialmente durante la etapa posterior de pulido. El pulido, que elimina la tierra restante, también puede dañar la piel del vegetal. Si las células de la piel se rompen y no se reparan adecuadamente, se crea un ambiente propicio para la proliferación de microorganismos.
Para abordar estos desafíos, el proyecto OptiClean, dirigido por Merete Edelenbos, se centra en optimizar el proceso de lavado para prolongar la vida útil de los tubérculos en 7-10 días, con el objetivo de reducir el desperdicio de alimentos. El proyecto investigará diversas técnicas de cepillado y su impacto en la durabilidad de las zanahorias, además de explorar alternativas no químicas como el uso de ozono para mejorar la calidad del agua empleada en el lavado.
Wyma, reconocido a nivel mundial por su experiencia en limpieza de hortalizas, se unió al proyecto OptiClean aportando su profundo conocimiento en fabricación, investigación y desarrollo. Como parte de su contribución, Wyma proporcionó un pulidor de prueba que procesa zanahorias a diferentes velocidades e intensidades. El objetivo es determinar el nivel óptimo de limpieza y pulido mediante la evaluación del daño en la piel.
Wyma esperamos que su participación en este proyecto permita contribuir activamente a la sostenibilidad y el futuro de la industria. Esto ayudará a mejorar sus propios productos, ofreciendo soluciones superiores que optimicen el rendimiento, reduzcan el desperdicio y, en última instancia, disminuyan la huella de carbono al reducir las emisiones y los requisitos de tierra.
El éxito de OptiClean beneficiará a procesadores, proveedores, minoristas y consumidores, quienes experimentarán productos más frescos que prolongarán su vida útil en refrigeradores o despensas. Financiado con una subvención de 5,465,865 DKK del GUDP, el proyecto está programado para ejecutarse hasta finales de 2025.