La calidad de los frutos carnosos en el periodo poscosecha es crucial para el consumidor, pero su conservación enfrenta grandes retos debido a los cambios fisiológicos y bioquímicos que ocurren durante la maduración.
En un artículo reciente publicado en la revista Actual Poscosecha 2024, los Investigadores Luis Orduña Rubio y María R. Albiach Martí de ValGenetics destacan cómo las técnicas ómicas están transformando la comprensión y manejo de estos procesos.
Las herramientas ómicas, como la transcriptómica y la metabolómica, permiten analizar la expresión génica y los metabolitos presentes en los frutos con un detalle sin precedentes. La integración de estos enfoques proporciona una visión sistémica de los cambios moleculares que controlan la maduración y calidad del fruto.
Entre los avances descritos, se señala que:
Estos avances no solo abren puertas para el desarrollo de nuevas estrategias de conservación y mejora genética, sino que también prometen extender la vida útil y la calidad de los frutos, beneficiando a productores y consumidores por igual.
La aplicación de estas técnicas es cada vez más común en investigaciones sobre frutas de consumo masivo, como el tomate y la uva, demostrando su impacto potencial en el sector agroalimentario.
Por lo tanto, el uso de técnicas ómicas marca un antes y un después en el estudio de la conservación poscosecha. Su capacidad para identificar genes y metabolitos clave puede ser la base para desarrollar cultivos más resistentes y con mejores características de calidad.
Para más información sobre este tema, consulte el artículo completo en Actual Poscosecha 2024.