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Mediciones

Las técnicas ómicas revolucionan el estudio de la conservación poscosecha de frutos carnosos

En un artículo reciente publicado en Actual Poscosecha 2024, investigadores de ValGenetics destacan cómo los avances en transcriptómica y metabolómica permiten descifrar los procesos moleculares que controlan la maduración y calidad poscosecha de los frutos carnosos

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11 Diciembre, 2024
Investigación

La calidad de los frutos carnosos en el periodo poscosecha es crucial para el consumidor, pero su conservación enfrenta grandes retos debido a los cambios fisiológicos y bioquímicos que ocurren durante la maduración.

En un artículo reciente publicado en la revista Actual Poscosecha 2024, los Investigadores Luis Orduña Rubio y María R. Albiach Martí de ValGenetics destacan cómo las técnicas ómicas están transformando la comprensión y manejo de estos procesos.

 

¿Qué son las herramientas ómicas?

 

Las herramientas ómicas, como la transcriptómica y la metabolómica, permiten analizar la expresión génica y los metabolitos presentes en los frutos con un detalle sin precedentes. La integración de estos enfoques proporciona una visión sistémica de los cambios moleculares que controlan la maduración y calidad del fruto.

Entre los avances descritos, se señala que:

  • La transcriptómica permite identificar genes clave en diferentes etapas del crecimiento y maduración. Por ejemplo, estudios en tomate han revelado que mutaciones en el gen NAC-NOR afectan significativamente este proceso.
  • La metabolómica, por su parte, permite analizar los metabolitos responsables de propiedades como el aroma, el sabor y la resistencia al estrés. Su integración con datos transcriptómicos ha permitido identificar rutas metabólicas críticas para mejorar la calidad de frutos como uvas y tomates.

 

Técnicas ómicas: una revolución en el análisis molecular de la poscosecha

Estos avances no solo abren puertas para el desarrollo de nuevas estrategias de conservación y mejora genética, sino que también prometen extender la vida útil y la calidad de los frutos, beneficiando a productores y consumidores por igual.

La aplicación de estas técnicas es cada vez más común en investigaciones sobre frutas de consumo masivo, como el tomate y la uva, demostrando su impacto potencial en el sector agroalimentario.

Por lo tanto, el uso de técnicas ómicas marca un antes y un después en el estudio de la conservación poscosecha. Su capacidad para identificar genes y metabolitos clave puede ser la base para desarrollar cultivos más resistentes y con mejores características de calidad.

Para más información sobre este tema, consulte el artículo completo en Actual Poscosecha 2024.

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