La industria de la uva de mesa en Chile enfrenta una temporada con proyecciones alentadoras, con un estimado de 66 millones de cajas exportadas, un 2,4% más que el año anterior. Sin embargo, el verdadero avance del sector no solo radica en el aumento de volúmenes, sino en la implementación de tecnologías innovadoras en envasado y conservación, claves para garantizar la calidad de la fruta en su trayecto hacia mercados internacionales.
Ante este desafío, Paclife, empresa líder en soluciones para la industria frutícola, ha desarrollado envases y embalajes de última generación, diseñados para optimizar la postcosecha y preservar la frescura de la uva chilena durante su exportación.
Uno de los avances más destacados es la incorporación de cobertores Harvestech, que protegen la uva en la fase crítica de deshidratación, desde la cosecha hasta su procesamiento. Estas cubiertas reflectantes de color plata, fabricadas con filtros UV y aditivos exclusivos, permiten mantener una humedad relativa alta y uniforme, minimizando la pérdida de agua y protegiendo la fruta del polvo y otros factores ambientales.
Además, Paclife ha implementado envases de atmósfera modificada y cobertores para pallets, soluciones que ya han sido validadas comercialmente y están siendo adoptadas con éxito en mercados como Perú. Estas tecnologías permiten prolongar la vida útil de la fruta, asegurando que llegue en óptimas condiciones a destinos como Estados Unidos, Asia y Europa.
El departamento técnico de Paclife desempeña un papel clave en la aplicación de estas soluciones, asesorando a los productores en el uso de tecnologías complementarias para reducir el déficit de presión de vapor y evitar la deshidratación en los tejidos más sensibles de la fruta, como el raquis. Desde Paclife destacan:
"Nuestro compromiso es ofrecer soluciones innovadoras que permitan a la industria exportadora mantener la calidad y frescura de sus productos. La tecnología de envasado y conservación es un pilar fundamental en este proceso, y seguimos trabajando en el desarrollo de alternativas que respondan a las exigencias del mercado global".
Con estos avances, la industria de la uva chilena se posiciona a la vanguardia en tecnología postcosecha, garantizando no solo mayores volúmenes de exportación, sino también una calidad superior, capaz de satisfacer las demandas de los consumidores más exigentes a nivel mundial.