Resulta fundamental que las empresas industriales cuenten con un óptimo sistema de calefacción
En el siguiente artículo
MET MANN analiza los principales tipos de calefacción industrial para que puedas decidir cual es el que más conviene a tu negocio.
Generadores de aire caliente
Se trata de unos equipos que funcionan de manera totalmente autónoma y están destinados a la calefacción de cualquier lugar de trabajo o tipo de espacio. Una gran ventaja es que al no necesitar ningún tipo de elemento disipador del calor se reducen notablemente los costes de adquisición e instalación.
Este tipo de generadores emplean combustibles muy variados, como el gasóleo, gas natural o gas propano. Su funcionamiento está basado en calentar el aire aspirado por los ventiladores, el cual se distribuye por el espacio consiguiendo temperaturas muy agradables con una extrema ráìdez, mayor que otros sistemas de calefacción convencionales.
Existen dos sistemas principales para la distribución del aire del generador:
- Sistema de impulsión de aire directa con rejillas o bocas de impulsión rotativas
- Sistema de impulsión de aire con conductos para dirigir el aire en las zonas donde se precisa calentar
Entre las principales ventajas que tienen los generadores de aire caliente, se puede destacar la rapidez con la que caliente los diferentes espacios, reduciendo al mismo tiempo el nivel de humedad del ambiente. Además, los costes de reparación y mantenimiento son muy reducidos, y permite ser usado como ventilación en verano.
Conducto radiante
Este tipo de calefacción es un sistema de combustión directa destinado a alcanzar altas temperaturas, lo que lo hace ideal para grandes espacios y naves industriales. Funciona a partir de un cabezal en el que se produce la combustión del gasóleo o del gas. Los gases que salen de ahí alcanzan elevadas temperaturas y comienzan a circular por las tuberías situadas en el techo de las naves, que se encargan de transmitir el calor a todo el entorno. Hay que destacar que es necesario disponer de un espacio lo suficientemente amplio para poder alojar el conjunto de combustión.
Tubo radiante
Es otro tipo de sistema de combustión directa que se emplea para alcanzar elevadas temperaturas en grandes espacios. A diferencia del conducto radiante, en este tipo de calefacción el calor no se concentra en un único foco, por lo que su distribución es mucho más homogénea. Este sistema lo forman cuatro elementos básicos: la combustión interna, la salida de gases, el tubo radiante y el reflector. Este último es el elemento fundamental para que el calor se pueda distribuir de una manera uniforme. En cuanto al tubo radiante, a su nivel máximo puede llegar a alcanzar una temperatura de 350º. Es importante resaltar que. a pesar de que la combustión se realiza dentro del propio sistema, la calidad del aire del espacio no se ve afectada gracias a la instalación de una salida de gases.
Pantallas cerámicas
Las pantallas cerámicas son un sistema de calefacción eléctrico que localizan el calor en un único foco, motivo por el que están pensadas para calentar espacios más reducidos como edificios industriales que estén compartimentados. En estos casos resulta la mejor opción posible, ya que permite calentar únicamente la estancia que sea necesaria mediante la instalación de uno de estos focos. Otro aspecto a favor de este tipo de calefacción es que, al emitir el calor mediante la radiación de infrarrojos, es muy eficiente en cuanto a energía consumida. Además, permiten calentar las estancias de forma homogénea.
Suelo radiante
Al igual que sucedía con las pantallas cerámicas, el suelo radiante resulta ideal para calentar espacios más reducidos alcanzando temperaturas medias o bajas. En cuanto a su funcionamiento, se instala una red de tuberías encima de un falso techo a través de las cuales circula agua a elevada temperatura. Estas tuberías calientan los paneles del falso techo, que se encargan de distribuir el calor a la estancia. El calentamiento también se produce por radiación infrarroja, pero este sistema se puede combinar con placas solares térmicas para reducir el consumo energético.