Actualidad

Los ocho riesgos alimentarios con más impacto en los próximos años

riesgos-emergentes-2000-e1686300068860.jpg
08 Junio, 2023
Roberto Ortuño, Responsable de Seguridad Alimentaria en AINIA, analiza los 8 riesgos alimentarios futuros con motivo del Día mundial de la seguridad alimentaria   Avanzarnos al futuro es siempre un ejercicio arriesgado. No obstante, tenemos elementos que nos permiten identificar peligros alimentarios que están emergiendo con fuerza suficiente como para pensar que nos van a ocupar en un futuro cercano. Hablamos de nuevos riesgos para la seguridad alimentaria. No necesariamente se trata de peligros desconocidos ya que el que un peligro se convierta en riesgo emergente se puede deber al menos, a dos causas principales:
  1. La identificación de un peligro nuevo que impacta de forma suficiente como para pasar a considerarse un riesgo significativo.
  2. La constatación de un aumento a la exposición de un peligro que, aunque conocido, pueda pasar a tener un nuevo impacto significativo sobre la salud humana.

Las causas: cambio climático, nuevas prácticas de economía circular y nuevos hábitos de consumo

Las causas para la aparición de riesgos emergentes las tenemos que buscar en cambios en el entorno o en avances científicos que permiten identificar peligros desconocidos. En el primer caso podemos a su vez distinguir entre cambios ambientales y modificaciones en los hábitos de consumo. En el segundo entre la identificación de un nuevo peligro y el avance en las técnicas de cuantificación de los métodos de análisis.

Causas o drivers

Apuntamos aquí las que consideramos como las causas o “drivers” más importantes, al menos en la actualidad:
  1. El cambio climático. La modificación de las condiciones ambientales y de forma muy significativa el aumento de la temperatura terrestre está impulsando la aparición de nuevos riesgos. La temperatura es un factor determinante de la cinética de las reacciones químicas y de la actividad biológica. Por lo que no es raro que este cambio de condiciones afecte de una u otra forma a la seguridad alimentaria.
  2. La adopción de nuevas prácticas de la economía circular. La sostenibilidad es sin duda, al igual que la seguridad alimentaria, un gran reto para la cadena alimentaria. Debido a ello la adopción de alternativas de circularidad constituyen una prioridad en el campo de la innovación. No obstante, estas prácticas, bien por constituir una novedad en si o por tratarse de prácticas conocidas que se extiendan o generalicen, conllevan la aparición de nuevos riesgos. Esto queda constatado en el informe externo de EFSA «Vulnerabilidades de la seguridad de los alimentos y los piensos en la economía circular”. (Food and feed safety vulnerabilities in the circular economy | EFSA (europa.eu)) .
  3. Nuevos hábitos de consumo. El cambio en los hábitos de consumo puede tener también incidencia sobre la seguridad alimentaria. Esto puede deberse a la exposición a un determinado tipo de alimentos como por introducir en la dieta nuevos alimentos. Este es el caso de la tendencia a la incorporación en la dieta de proteínas alternativas ya sean de origen vegetal (análogos cárnicos plan-based), de insectos o de origen sintético como en el caso de la llamada “carne artificial”.
Sin duda estos tres “drivers” están en la actualidad ejerciendo una fuerte influencia en el sistema alimentario a través del propio medio, de la evolución de las prácticas productivas o de las nuevas tendencias de consumo.

Los riesgos emergentes de los próximos años

A partir de nuestros trabajos en identificación de riesgos emergentes de seguridad alimentaria y en gran medida como síntesis también de lo debatido entre los expertos participantes en nuestra última jornada, vamos a realizar a continuación un repaso de los riesgos emergentes que se puede inferir como de impacto más probable en los próximos años. Evidentemente, en la medida de que se trata de una predicción, esta es a la fuerza imperfecta y la realidad se desviará en más o en menos de este vaticinio. No obstante, son numerosas la evidencias que apuntan hacia éstos como algunos de los más probables, sin dejar de lado que surjan problemáticas no identificadas o no suficientemente ponderadas en nuestro análisis. Cabe destacar en este sentido la siempre presente posibilidad de la aparición de episodios de crisis de seguridad derivados de fraudes alimentarios, como lo fueron en su momento la crisis del “aceite tóxico” (o del “aceite de colza desnaturalizado”) en España, o el de la leche adulterada con melamina en China. Así pues, los riesgos emergentes cuyo impacto consideramos más plausible para los próximos años, son:
  1. Aumento de la incidencia de presencia de micotoxinas en alimentos.
  2. Desarrollo de patógenos que hayan desarrollado resistencias antimicrobianas.
  3. Contaminación de suelos o cultivos proveniente del uso de residuos (estiércoles, por ejemplo) como fertilizantes.
  4. Presencia de microplásticos en alimentos.
  5. Intoxicaciones derivadas de la posible flexibilización legislativa que permita la modificación de fechas de vida útil o consumo preferente con el fin de minimizar el desperdicio alimentario.
  6. Efectos adversos de la introducción de proteínas alternativas como presencia de alérgenos, contaminantes como metales o residuos como plaguicidas.
  7. Contaminantes naturales como es el caso de los alcaloides tropánicos y pirrolicidínicos.
  8. Presencia de alérgenos no declarados en alimentos.
  Fuente y más información  
Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Financiado por la Unión Europea