Tras la llegada del COVID-19, los consumidores modificaron sus prioridades de compra, ubicando detrás de productos de higiene y limpieza a los alimentos envasados y frescos. Nueces, manís y chocolates, entre otros productos a los que dada la contingencia se suma el pan como tendencia al alza, requieren extender su vida útil y preservar su calidad
Según proyecciones de Euromonitor, para este 2020, tanto las ventas totales como los volúmenes consumidos en el mercado de los snacks continuarían expandiéndose en nuestro país, estimando que el consumo total aumentaría un 14,5% en los últimos cinco años, con cerca de 757 mil toneladas de productos. A esto se suma la tendencia de alimentos saludables al alza, considerando los efectos de la Ley de Etiquetado en Chile y los nuevos hábitos de alimentación.
Pero si de hábitos de alimentación se trata, en medio del complejo escenario debido a la crisis sanitaria por el COVID-19, el consumo de estos productos es parte de nuevos aprendizajes y gustos en materia de alimentos. Una encuesta realizada por Accenture en 15 países y a más de tres mil consumidores, reveló que la pandemia podría cambiar forma permanente su comportamiento, dando a conocer, por ejemplo, que las personas ya han modificado sus prioridades de compra, ubicando detrás de los productos de higiene y limpieza a los alimentos envasados y frescos. Por otro lado, la emigración al teletrabajo, no sólo requiere organización en casa, sino también tener muy presente ciertos consejos para mantenerse sanos y elevar el sistema inmunológico con el consumo de productos de alto valor nutricional y de colaciones y snacks saludables.
En este contexto, el envasado mediante sellado al vacío ya no es la única solución aplicable a todos estos productos, considerando la relevancia de la estética y tipo de material que prima en la presentación de estos nuevos alimentos y el resguardo de sus propiedades. Además, algunos productos alimenticios envasados sufren deterioro en su estado de frescura como resultado de acciones bacteriológicas, oxidación, acción enzimática o crecimiento de hongos, entre otras, y dependiendo de dichos factores se debe determinar la tecnología apropiada para su envasado.
Por lo anterior, la técnica de Envasado en Atmósfera Modificada (ATM o MAP por su sigla en inglés) permite utilizar las propiedades de gases específicos para conservar y durabilidad de snacks como nueces, manís, mix de frutos secos, papas fritas, chocolates, envolturas de frutas y cereales, además del pan, alimento esencial cuya producción dada la contingencia, ha migrado mayormente al formato envasado ATM, para darle más vida útil y llegar a muchos más hogares.
De ello da cuenta Claudia Sánchez, subgerente de Negocios Vitivinícola y Alimentos de INDURA quien detalla que gracias al uso de nitrógeno, anhídrido carbónico, oxígeno o mezclas de éstos, sumado a un adecuado control de parámetros y a la correcta selección del tipo de envase, se puede mantener el sabor, textura y aporte nutricional del alimento en perfectas condiciones por semanas e incluso, meses. “Se reemplaza el aire del envase que contiene el snack por otro que permita una mayor duración y mejores características, según el tipo de producto que se tenga; hoy en día esta tecnología es una alternativa válida para todo tipo de alimentos, incluyendo las nuevas opciones más naturales que surgen en el mercado y que atienden las demandas de personas con tendencias diferentes de alimentación o dietas específicas por temas de salud”, explica.
Aclara que el uso de MAP es posible “siempre que el envase no sea permeable a la atmósfera, siendo especialmente diseñado acorde al tipo de alimento que se está conservando; así, se define la dosis perfecta para ese snack, considerando que es susceptible o no de perder firmeza o consistencia, de la humedad del alimento, su porosidad, entre otros factores”.
Sánchez ejemplifica que “en el caso de algunos frutos secos, el riesgo apunta a la aparición de hongos, ácaros y otros; por lo tanto, el foco de la solución de atmósferas modificada debe ser precisamente ese para luego, hacer pruebas y definir cómo se evoluciona el producto”. Se evalúa el mejor resultado y se implementa con el apoyo de tecnología y el gas apropiado, siempre usando gases certificados grado alimento».
Fuente
Food News Latam