Los colegisladores europeos han alcanzado un acuerdo histórico para establecer objetivos vinculantes destinados a reducir los residuos alimentarios en toda la Unión Europea, con plazos que deben cumplirse a nivel nacional antes del 31 de diciembre de 2030.
Este acuerdo, que aún debe ser ratificado formalmente por el Consejo y el Parlamento Europeo, incluye una reducción del 10% en el desperdicio de alimentos durante el proceso de fabricación y procesamiento, así como una disminución del 30% per cápita en sectores clave como el comercio minorista, restaurantes, servicios de alimentación y hogares. Estos objetivos se calcularán a partir de los niveles promedio de desperdicio alimentario registrados entre 2021 y 2023.
Además de estos objetivos, el acuerdo resalta la importancia de la donación voluntaria de alimentos no vendidos pero aún aptos para el consumo humano, como una medida clave para reducir el desperdicio. Se espera que esta práctica, al ser incentivada, favorezca una cultura de reutilización y solidaridad.
La Comisión Europea había propuesto en julio de 2023 una revisión integral de las normativas sobre residuos, enfocada en la reducción de los residuos alimentarios. Con este acuerdo, la UE da un paso firme hacia la implementación de medidas más estrictas que aborden la creciente crisis de los desperdicios y fomenten una economía circular más sostenible.
Cada año, en la Unión Europea se generan casi 60 millones de toneladas de residuos alimentarios, lo que equivale a unos 132 kg por persona, lo que subraya la magnitud del desafío que enfrentan los países miembros. El acuerdo busca reducir significativamente esta cifra, mejorando la eficiencia en el uso de recursos y contribuyendo a la protección del medio ambiente.