Los alimentos de quinta gama son aquellos preparados y envasados para que el consumidor solo tenga que abrir, calentar si fuera necesario, y consumir.
Aunque quinta gama es la denominación formal dentro del sector horeca, el ciudadano de a pie los conoce comúnmente como ‘platos preparados ya envasados’.
Para garantizar su seguridad se someten a distintos procesos industriales que eliminan o neutralizan los microrganismos patógenos, como la pasteurización.
Los alimentos de IV gama son frutas y hortalizas cortadas y envasadas al vacío o en atmosfera modificada. Los de V gama son alimentos procesados que se envasan y someten a un proceso de esterilización.
De IV gama son las bolsas de ensalada lavada o la piña fresca en rodajas. Se comercializan bajo cadena de frío y su vida útil suele estar entre los 7 y 10 días.
La V gama incluye la tortilla de patatas, platos de albóndigas o de bacalao con tomate cocinados, envasados, esterilizados y refrigerados. Casi siempre requieren calentar antes de consumir.
Su vida útil oscila entre los 6 y 42 días, según el alimento y del tratamiento de conservación aplicado.
También pertenecen a este grupo los ingredientes de la ‘cocina de ensamblaje’. Son preparaciones intermedias que ahorran pasos en la cocina y preservan la seguridad alimentaria, como el huevo líquido pasteurizado. Los envases de última milla (delivery, take away..) no son estrictamente quinta gama, pero estos envases para platos preparados comparten muchas características con ellos en cuanto a transporte y recalentamiento en casa.
Son productos delicados cuyo packaging debe cumplir varios requisitos:
Existe una enorme variedad de envases para quinta gama, así como de envases de última milla para platos preparados.
Entre los envases para platos preparados y take away encontramos los fabricados en plástico (de origen fósil o bioplásticos), cartón, aluminio o madera (bambú…).
Optar por uno u otro depende de las características del producto, del tipo de distribución (en la sección de refrigerados del supermercado, take away, delivery…), de la estrategia de marketing y de la importancia que se dé a la sostenibilidad.
El más utilizado. Pueden ser monomateriales, normalmente, polipropileno (PP) o polietileno tereftalato (PET), y en menor medida, de poliestireno (PS) o policloruro de polivinilo (PVC). También los hay multicapa (PET/PE/EVOH/PE).
Cuantos más materiales intervengan en un envase, más difícil será su reciclaje.
Actualmente se investiga en nuevos monomateriales plásticos con las mismas prestaciones que el procedente del crudo virgen, pero obtenidos de fuentes circulares.
Es el caso del R’KAP® de KNAUF INDUSTRIES un monomaterial procedente plásticos reciclados químicamente de postconsumo y con las mismas propiedades que el PP. Esto lo convierte en apto para microondas.
Existen muchas dudas sobre si se pueden calentar alimentos en envases de plástico. En especial, si se pueden meter en el microondas.
Solo los envases de PP (y R’KAP®) garantizan un calentado en microondas con total inocuidad. Con el resto de plásticos no hay certeza de que no haya transferencia de sustancias potencialmente nocivas, aunque se usen apenas un minuto.
En cuanto a reutilizar los envases de plásticos para quinta gama dependerá de su resistencia a los golpes o rayaduras. Los envases rígidos de PP de comida para llevar con tapa sí permiten la reutilización como táper.
Este material es reciclable y el consumidor lo percibe generalmente como más sostenible que el plástico. No debe meterse en el microondas ya que el calor despega los adhesivos.
Bambú y otros materiales arbóreos se presentan como alternativas sostenibles al plástico. No vale para el microondas.
Las barquetas de aluminio son habituales en productos como el pollo asado. Mantienen bien las cualidades organolépticas del alimento, pero no pueden meterse en el microondas.
El termoformado es una técnica de fabricación por moldeo en la que se calienta una lámina de plástico y se le da la forma deseada para crear envases semirrígidos.
Los envases termoformados para alimentos de quinta gama se diseñan teniendo las características del plato y los procesos culinarios o de conservación pertinentes: atmósferas modificadas, pasteurización, estanqueidad y/o recalentamiento posterior.
Deben ser inertes e impermeables, aislar térmicamente y soportar temperaturas de pasteurización, refrigeración y recalentado. También, resistir golpes y deformaciones.
En Knauf Industries contamos con cuatro materiales propios para envases de plástico para termoformados para quinta gama: