La sostenibilidad en el envasado de alimentos puede implementarse de diversas formas complementarias. Unas veces será con alternativas al plástico en el packaging alimentario, como cartón o nuevos materiales biobasados.
Sin embargo, el plástico es, a fecha de hoy, el que mejor salvaguarda la seguridad alimentaria y evita el desperdicio alimentario. Se impone, por tanto, racionalizar su uso, buscar un diseño de envases respetuosos con el medio ambiente y mejorar la gestión de sus residuos. Igual que otros productos, los envases alimentarios deben ser ecodiseñados bajo criterios de circularidad.
Cinco son las tendencias en envases de alimentos:
Cada una de ellas ha avanzado con mayor o menor fortuna. También, encaran retos diversos, tanto a nivel normativo, como estructural, o de uso a nivel del ciudadano de a pie.
Dentro de las 3R de la sostenibilidad – Reducir, Reutilizar y Reciclar – la reducción ocupa el lugar más alto de la jerarquía. En los últimos años hemos visto cómo el packaging alimentario modera su presencia, afina su tamaño y hasta desaparece por la venta a granel.
Entre las estrategias para la reducción de residuos en packaging encontramos las siguientes:
Los ingenieros y diseñadores industriales de nuestro ID Lab aplican la metodología Total Pack System para crear soluciones eco-friendly en envases de alimentos. Esta denominación coloquial, poco ortodoxa y de la que se ha abusado como greenwashing, hace referencia en este caso al desarrollo real de soluciones de envasado con un menor impacto en el entorno. Esto se consigue, entre otras, adecuando el tamaño al producto el tamaño y aligerando el peso.
Este 2023 arrancaba con la polémica ley antidesperdicio francesa (ley AGEC) que prohíbe las vajillas de un solo uso en los restaurantes, salvo para take away. Una ley que respalda los envases reutilizables y que levantó quejas de los restaurantes de comida rápida por la inversión que supone en vajillas lavables y lavavajillas.
Sin embargo, los envases rellenables pueden convertirse en un reclamo de marketing y aprovechar el branding mediante descuentos.
En España el RD Envases exige a los festivales u otros eventos que proporcionen vasos de varios usos al público (reutilizables o retornables) e incentiva la venta a granel en envases reutilizables.
Son pasos tímidos que en los próximos años deberán acelerarse, ya que para 2030 todos los envases tendrán que ser reutilizables o reciclables, siempre que sea económicamente viable.
Para que no haya dudas con cuáles son aptos para recarga, los envases sujetos a los sistemas de depósito, devolución y retorno tendrán marcarse con una etiqueta armonizada. Los envases reutilizables llevarán una etiqueta y un código QR u otro tipo de soporte digital.
Frente a este optimismo con la reutilización, el Comité Económico y Social Europeo (CESE) advierte que el aumento de los envases retornables y la recarga tendrá un impacto medioambiental negativo. Lo justifican por las largas distancias de transporte que deben recorrerse, en comparación con la recogida y el reciclado locales. Asimismo, apuntan que el reacondicionamiento de los envases recargables aumenta el consumo de energía y las emisiones.
A pie de calle, el principal obstáculo para el despegue de los envases reutilizables y/o retornables en el sector alimentario es que dejar que el usuario lleve su envase para rellenar plantea recelos higiénicos. Reacondicionarlo in situ sería una solución, pero añade un coste al establecimiento.
También genera incertidumbre saber cuántos circuitos puede tener un envase recargable. El desarrollo de envases inteligentes para alimentos y un etiquetado ad hoc que registre cada nuevo circuito, podría resolver este problema advirtiendo de cuándo ha llegado el momento de reciclarlo.
En Knauf Industries contamos con varias soluciones de uso alimentario reutilizables y retornables. Es el caso de toda la gama KOMEBAC®, en polipropileno expandido (EPP) y muy utilizada a nivel de la distribución alimentaria por sus propiedades isotérmicas, y la gama KARY® y MITSY®, fabricados en polipropileno (PP) o R’KAP®.
Bruselas advierte que entre 2012 y 2020 aumentó el porcentaje de envases que no se reciclan. Lo achaca a varias causas:
Para evitar el impacto ambiental del packaging de alimentos, el futuro Reglamento exigirá a partir de 2030 que los envases cumplan con los criterios de un diseño que facilite el reciclado. A partir 2035 se reajustarán esos requisitos para garantizar que los envases reciclables sean también recogidos, separados y reciclados de forma suficiente y eficaz (‘reciclado a escala’).
Para facilitar el depósito, los envases tendrán que llevar un etiquetado armonizado que indique los materiales que lo componen, así como en qué contenedor debe echarse. Este etiquetado también estará en los contenedores de residuos para facilitar su identificación.
Todos nuestros envases alimentarios se fabrican en monomateriales de fácil reciclado, ya sea polipropileno para termoformados, poliestireno expandido (EPS), polipropileno expandido (EPP) o alguno de los materiales desarrollados por nuestros ingenieros, como CELOOPS® o R’KAP®.
Los envases reciclados para alimentos presentan una menor huella de carbono y contribuyen a una economía circular. Además, están exentos del impuesto al plástico proporcionalmente a la cantidad de material reciclado que contengan.
El uso de materiales reciclados en packaging alimentario ha sido uno de los temas más controvertidos por la necesidad de garantizar su inocuidad. Se solucionó con el Reglamento 2022/1616 que da cobertura a la utilización de plásticos procedentes del reciclaje químico posconsumo para el contacto con alimentos.
En nuestro catálogo contamos con dos ejemplos claros: R’KAP®, una alternativa al polipropileno para termoformados, apta para pastaurización y para microondas, y CELOOPS®, una espuma expandida análoga al EPS. Además de ser una apuesta por la eco-innovación y la sostenibilidad, estos materiales están exentos del impuesto al plástico.
El borrador del Reglamento sugiere incentivar el uso de plástico reciclado mediante la modulación de las tasas en concepto de responsabilidad ampliada del productor sobre la base del porcentaje de contenido reciclado del envase. Esta medida impositiva debe basarse en normas comunes relativas al cálculo y la verificación del contenido reciclado incluido en esos envases.
Sigue leyendo sobre envases compostables y packaging circular