Knauf Industries estará presente en el pabellón 7, stand 7B15A de Fruit Attraction, del 22 al 24 de octubre en Madrid
España es un país de frutas y hortalizas. Nuestro patrimonio incluye desde pimientos, pepinos y lechuga hasta nectarina, melocotón y ciruelas. Tanto los datos de producción y de exportación de estos productos frescos como los hábitos alimentarios de los españoles sitúan estas mercancías como pilares de la economía nacional. Sin embargo, el sector se enfrenta, en la actualidad, a retos como la automatización, la sostenibilidad y la búsqueda de la máxima eficiencia para seguir en la cresta de la ola.
Como termómetro de todas estas metas,
el desperdicio alimentario se ha erigido como un desafío al que los proveedores de soluciones de
packaging para el sector hortofrutícola estamos tratando de dar respuesta, tal y como demostraremos en
Fruit Attraction (Madrid) los próximos días 22, 23 y 24 de octubre en el pabellón 7, stand 7B15A del salón.
El
desperdicio alimentario consiste en el descarte de productos comestibles a lo largo de los procesos de producción, suministro y consumo, ya sea en las explotaciones agrícolas o en la cadena logística, los comercios minoristas o los hogares. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura),
un tercio de los alimentos producidos en el planeta se desperdician. Es un indicador dramático teniendo en cuenta que 820 millones de personas sufren
desnutrición crónica.
Las causas del malbaratamiento difieren mucho entre los países en vías de desarrollo, en los que los principales motivos son las ineficiencias durante el suministro (como golpes o una mala conservación de las cosechas) que pueden afectar a la calidad del producto, y los países industrializados, donde las familias tienen una alta responsabilidad al tirar comida a la basura.
Otra parte de las pérdidas tiene lugar en los comercios minoristas: aunque la concienciación contra el desperdicio alimentario entre estas compañías es cada vez mayor, aún se desechan alimentos por no cumplir con los criterios estéticos y comerciales fijados por la marca, o porque han superado la fecha de caducidad.
El desperdicio alimentario se sitúa, en España, en los 7,7 millones de toneladas de alimentos, según datos de la FAO.
Casi la mitad de este despilfarro afecta a frutas, verduras y hortalizas y, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el 39% del mismo se origina en la industria (frente al 42% de los hogares).
El caso del brócoli
Un ejemplo paradigmático del desperdicio originado en la poscosecha es el del
brócoli. Esta verdura, de la que se cultivan cerca de 500.000 toneladas anuales en España, es extremadamente sensible al entorno poscosecha. Por consiguiente, rápidamente puede perder nutrientes y calidad comercial, con la desaparición de su característico color verde como principal síntoma de su envejecimiento prematuro.
Para hacer frente a este deterioro, las
cajas de frutas EPS permiten el transporte y la conservación del brócoli durante dos semanas a una temperatura constante de entre 5 y 10 grados. Gracias a las propiedades de los
contenedores isotermo de poliestireno expandido, se mantienen la temperatura y la humedad y se evita, de este modo, la generación de hongos y podredumbres. Así lo indica un estudio reciente del Departamento de Horticultura de Cultivos Vegetales de la Universidad Aristóteles de Thessaloniki (Grecia).
Packaging contra el desperdicio alimentario
Las
cajas de Airpop y de EPP (polipropileno expandido) ofrecen otras ventajas a la hora de proteger los alimentos. Algunas de las más destacadas son su capacidad de amortiguación y su resistencia a los golpes.
Partiendo de todas estas virtudes de dos materiales tan contrastados como el poliestireno expandido y el polipropileno expandido, hemos desarrollado varias soluciones de
packaging contra el desperdicio alimentario que mostraremos en Fruit Attraction, por ejemplo:
- Komebac Cool, una
smartbox que posibilita el seguimiento de la temperatura a partir de
tags NFC/Bluetooth de última generación.
- Cajas bitemperatura de polipropileno expandido para transportar artículos perecederos frescos (a 2 grados) y congelados (a -18 grados).
KNAUF INDUSTRIES está comprometida con el uso de materias primas como el EPS en el embalaje de productos frescos, ya que no solo protegen las frutas y las verduras de forma eficaz, sino que también son respetuosas con el medio ambiente: los envases producidos con corcho blanco (formados solo en un 2% por plástico; el 98% restante es aire) son eficientes energéticamente y 100% reciclables.