Cada año se fabrican millones de toneladas de envases para contener, proteger y transportar mercancías. La sostenibilidad en la industria del packaging busca reducir el impacto ambiental de envases y embalajes, todo un desafío para el sector.
No se trata de enfrentar unos materiales con otros, ni de demonizar al plástico como causante del caos medioambiental. Es hora de hacer un análisis sereno, constructivo y detectar los puntos de mejora de este material para una industria del packaging más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
En este artículo, KNAUF INDUSTRIES analiza los cinco desafíos del packaging agroalimentario.
El material de los envases y embalajes puede llegar a suponer el 80% del impacto ambiental total del producto. En especial, en el comercio electrónico debido a la importancia del embalaje.
Los envases de plástico suelen tener una huella de carbono más alta que los envases de papel o cartón. Entonces, ¿por qué se usa tanto este material? La respuesta es simple: el plástico es un material ligero, resistente, fácil de moldear, resistente a la humedad, con alta estabilidad química y asequible.
Todas estas características coinciden con muchos de los requisitos para optimizar la eficiencia de la cadena de suministro, reduciendo mermas y evitando devoluciones (envíos secundarios) por productos defectuosos o dañados.
Como vemos, una mirada amplia a la cadena de suministro en su totalidad, y no solo al envase, convierte al plástico en una solución muy atractiva para la industria, si no la más segura y económica.
Los nuevos materiales ecoamigables en packaging plástico, ya sea a partir del reciclaje, o partiendo de recursos renovables, se unen a otros tradicionalmente considerados como más sostenibles, como el plástico reciclado y los materiales biodegradables.
Fieles a nuestro compromiso con el planeta, en Knauf Industries contamos con cuatro alternativas al Poliestireno Expandido (EPS) usando materiales con un menor impacto ambiental. Todas se pueden reciclar en los flujos de gestión de residuos convencionales.
Este material, desarrollado por Knauf Industries, consiste en una resina plástica expandible creada a partir de plástico reciclado postconsumo.
Comparte las mismas propiedades físicas que el poliestireno expandido (EPS) en cuanto a ligereza, aislamiento y capacidad de amortiguar impactos.
Además, es apto para uso alimentario por lo que tiene una demanda creciente para fabricar cajas para fruta y hortalizas poscosecha.
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En el caso de RELOOPS® se incorpora material procedente del reciclaje mecánico de poliestireno (PS) o poliestireno expandido (EPS) pre y post consumo. Este material reciclado tiene las mismas propiedades que el EPS: resistencia térmica, resistencia mecánica, absorción de impactos, y otras propiedades bajo pedido.
Además, viene un con un certificado de porcentaje de contenido reciclado, por lo que está exento del impuesto al plástico.
Un ejemplo de uso: RELOOPS ® puede ser el material de una pieza componente en una caldera (producto HVAC). Para la fabricación de 100.000 unidades anuales de calderas, el uso de RELOOPS ® con un 35% de materia reciclada, ahorra hasta 35 toneladas de materia prima virgen.
Este innovador material, también desarrollado por nuestros equipos de I+D, tiene las mismas propiedades que el EPS convencional, pero en vez de fabricarse a partir de materiales de origen fósil, se emplean residuos de biomasa vegetal de origen no agrícola.
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El EPS es un material fácilmente reciclable mediante proceso mecánico. El rEPS es aquel que incorpora material reciclado con lo que su huella de carbono es menor que la de uno producido con EPS virgen.
Para facilitar la circularidad, nuestras plantas cuentan con centros ecoEPS donde se puede depositar el EPS ya usado para su reciclaje. Así aportamos nuestro grano de arena a la economía circular en el packaging.
Además de los anteriores materiales mencionados, trabajamos con el polipropileno expandido reciclado (rEPP).
En los últimos años se ha mejorado la tasa de reciclabilidad de este material. Esto permite incorporar cada vez porcentajes mayores de EPP reciclado al proceso de producción de los envases y embalajes.
Un ejemplo práctico: Un envase con un 30% de contenido reciclado procedente de residuos EPP postconsumo presenta un 16% menos de emisiones de CO2 que uno fabricado con materias primas vírgenes. Es decir, llegaría a reducir las emisiones en un 55% con un porcentaje de material reciclado por encima del 90%.
La estrategia europea de plásticos no deja lugar a dudas: para 2030 todos los envases comercializados dentro de la Unión Europea tendrán que ser reciclables, reutilizables o compostables.
Además, contempla que se incorpore una cantidad creciente de material reciclado. Para ello habrá bonificaciones proporcionales al porcentaje de material reciclado de los envases y embalaje.
El reciclaje de envases tiene dos ventajas: reduce la demanda de nuevos materiales vírgenes y minimiza la generación de residuos.
España ya se adelantó con el controvertido impuesto al plástico, incluido dentro de la Ley 7/2022, de Residuos y suelos contaminados. Esta tasa grava con 0,45 euros cada kilogramo de plástico virgen incluido en los envases de nueva fabricación.
El objetivo es estimular al envasador a optar por envases con un mayor porcentaje de material plástico reciclado. Es el caso de los envases alimentarios fabricados con CELOOPS® o RKAP®. Y el caso del embalaje fabricado con rEPS o rEPP.
La exención del pago de este impuesto se limita a los plásticos reciclados y no a aquellos bioplásticos de origen no fósil. Es lo que sucede con NEOPS®, nuestro plástico de origen renovable, que, sin embargo, queda sujeto al pago del impuesto por no ser reciclado.
A nivel europeo, el borrador del futuro Reglamento sobre envases contempla incentivar el uso de plástico reciclado mediante la modulación de las tasas en concepto de responsabilidad ampliada del productor sobre la base del porcentaje de contenido reciclado del envase.
Las anteriores medidas incorporan el espíritu eco-friendly en la industria del packaging en un doble sentido. Por un lado, buscan reducir los residuos de envases. Por otro, aportar circularidad al reciclaje, dando salida hacia el circuito del envasado a los materiales reciclados.
Para cerrar el círculo virtuoso del reciclado hace falta familiarizar al ciudadano con la forma correcta de depositar sus residuos, dinamizar la recogida selectiva de residuos y, por supuesto, multiplicar y modernizar muchas de las infraestructuras de reciclaje.
En la actualidad el reciclado del plástico puede ser mecánico o químico:
Las nuevas regulaciones (impositivas o de otro tipo) para estimular el uso de material reciclado se ciñen solo a aquellos materiales procedentes de reciclado posconsumo, tanto mecánico como químico.
Se excluyen, por tanto, aquellos materiales procedentes de la reutilización de excedentes o residuos de fabricación. Por ejemplo, los restos de plástico que quedan al cortar una pieza protectora de EPS con una forma determinada, y que se reincorporan a un nuevo proceso de fabricación.
Esta ‘reutilización’ o ‘recirculación’ de materiales no aprovechados es una medida que reduce la huella de carbono en la industria del packaging y, como tal, puede incluirse en los objetivos ESG de la compañía envasadora. Pero no cuenta como estrategia de reciclaje, ni puede beneficiarse de sus exenciones impositivas, ya que esa granza a efectos legales se considera plástico virgen.