Europa ata los últimos cabos antes de dar luz verde a la nueva Regulación de Envases y Residuos de Envases (Packaging and Packaging Waste Regulation – PPWR). Un ambicioso Reglamento que pretende reducir un 5% los residuos de envases (comparado con 2018). Entre otras medidas, apuesta por envases reutilizables y el embalaje retornable.
El Pacto Verde Europeo reconoce que el 40% de los plásticos y el 50% del papel utilizados en la UE se destina a envases. Con estas cifras sobre la mesa nadie duda de que para que haya desarrollo sostenible es imprescindible establecer una estrategia solvente de envasado sostenible.
Un primer paso es reducir los envases por persona y Estado miembro en un 15% para 2040 (siempre tomando como referencia las cifras de 2018).
Asumir ese reto sin dañar todas aquellas actividades industriales que dependen de una u otra forma del packaging dentro de su cadena de valor obliga a revisar el viejo modelo de envases o embalajes de un solo uso.
La solución está en dar el salto a reutilizables y/o retornables en la industria.
Sectores como el agroalimentario, la automoción o el farmacéutico mueven a diario millones toneladas de mercancías en rutas de ida y vuelta repetitivas. Para ello muchas veces recurren a Embalajes Retornables de Transporte (ERT).
El embalaje retornable es aquel que, al acabar un ciclo de uso, puede reacondicionarse para poder volver a cumplir con nuevos ciclos de uso sin perder sus propiedades.
Esta capacidad de asumir múltiples usos a lo largo del ciclo de vida del embalaje supone un importante ahorro logístico y de materias primas. La consecuencia medioambiental más evidente es la reducción de residuos de embalajes y una menor huella medioambiental.
La industria del packaging tiene un peso muy importante en la demanda de materias primas. Por esta razón, las ventajas del embalaje retornable para el medioambiente comienzan por una gestión más eficiente de los recursos materiales y una reducción de residuos.
Lejos de suponer un problema en términos logísticos, los embalajes retornables permiten una gestión más eficiente de los recursos logísticos y un ahorro en costes.
Los recursos naturales no son ilimitados. De hecho, el planeta comienza a dar señales de agotamiento, situación agravada por la entrada al mercado de nuevos países en desarrollo. Usar un mismo embalaje para varios ciclos contribuye a reducir la cantidad de materia prima necesaria para fabricarlos.
Por lo anterior, la cantidad de residuos generados se reduce de forma notable.
La nueva norma europea exigirá, además, que todos los materiales sean reciclables mediante cualquier procedimiento validado por las autoridades europeas. De esta forma se mejora el perfil medioambiental del packaging desde los procesos de fabricación y se logra poner en circulación embalajes más respetuosos con el medio ambiente.
La innovación en envases ecológicos incorpora materiales más eficientes y ecodiseño para reducir el impacto ambiental de los embalajes convencionales. El aligeramiento y la customización son dos de las medidas más eficientes para ello.
Reducir el peso del propio embalaje no solo los hace más manejables, también contribuye de forma decisiva a un ahorro en el transporte, tanto en combustible como en las emisiones de gases de efecto invernadero de cada viaje. Es decir, un embalaje más ligero supone reducir la huella de carbono logística.
En este sentido, el polipropileno expandido (EPP) permite ecodiseñar y fabricar cajas y contenedores reutilizables mucho más ligeros que con otros materiales.
Uno de los caballos de batalla de los laboratorios de I+D+i es lograr la máxima reducción del peso o volumen del embalaje sin poner en peligro su funcionalidad, ni la seguridad, ni la higiene para el producto envasado, el envase y el usuario.
Esta línea de trabajo se enmarca dentro de las exigencias definidas en la Propuesta de Reglamento de diseño ecológico para lograr una transformación hacia embalajes ‘ecológicos’ (un término que, por cierto, la futura norma también pretende eliminar en su lucha contra el greenwashing).
El nuevo marco regulatorio no deja lugar a dudas: para 2030 todos los envases o embalajes tendrán que ser reutilizables o reciclables como forma para reducir los residuos.
El EPP se recicla de forma fácil por procedimientos mecánicos. Esta propiedad es una ventaja sustancial para cumplir con la futura norma en cuanto a reciclaje y reutilización en la industria del embalaje.
Además, permite incorporar de forma sencilla materiales reciclados en un porcentaje óptimo, otro de los puntos clave de la futura norma.
El PPWR del Parlamento Europeo pone el foco en la reducción de espacios vacíos para reducir el gasto superfluo en materiales. En el caso del transporte, además, un espacio sin carga dentro del embalaje es un espacio desaprovechado que consume combustible sin generar beneficios.
El diseño sostenible de envases pasa también por adecuar la forma y tamaño del embalaje a las necesidades de cada producto y cada cliente.
En este sentido, el moldeo customizado de los embalajes de EPP permite incluso incorporar compartimentos interiores dentro de cada contenedor para optimizar la carga en cada porte. Así se pueden cargar productos diversos, incluso con necesidades de temperatura distintas, gracias a las cualidades isotérmicas de este material.
Todo lo anterior permite incorporar los tan necesarios criterios de ecoeficiencia en la cadena de suministro.
El nuevo marco regulatorio va como anillo al dedo a dos de los contenedores estrella de KNAUF INDUSTRIES, KOMEBAC® y KOMEBAC® COOL.
Ambos son monomateriales, fabricados íntegramente en polipropileno expandido (EPP) o con un porcentaje variable de su alternativa reciclada, RELOOPP®.
Esta composición los convierte en embalajes sostenibles y reciclables. Además, se benefician de todas las propiedades intrínsecas del EPP: son ligeros, con gran resistencia mecánica e isotérmicos, una propiedad que se multiplica en el caso de KOMEBAC® COOL al añadir la tapa.
Nuestros ingenieros del ID Lab son expertos en el ecodiseño de soluciones de embalajes reutilizables con un impacto positivo en el entorno. Trabajamos cada proyecto de forma individualizada, con un servicio de asesoramiento experto al cliente y tecnología para prototipados.
En los últimos años nuestros contenedores KOMEBAC® y KOMEBAC® COOL han transportado productos agroalimentarios, como cerezas; pescados que deben consumirse frescos en un plazo muy breve de tiempo; alimentos de V gama; componentes para automoción…
No son la única alternativa de embalaje retornable, pero sí cumplen con la inminente nueva regulación europea. La aprobación de la actual Propuesta de Reglamento debería tener lugar en las próximas semanas. Muchas de las medidas que se contemplan en ese texto ya se aplican en España tras la aprobación del RD 1055/2022. Otras serán de obligado cumplimiento a los 20 días de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea, dado su rango de Reglamento.