KNAUF INDUSTRIES analiza la relación entre el envase plástico y la seguridad alimentaria para favorecer el acceso global a los alimentos
¿Qué es la seguridad alimentaria?
La FAO define
la seguridad alimentaria como una situación que se produce cuando todas las personas tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos nutricionales y preferencias alimentarias.
Está incluido dentro del ‘Hambre Cero’, el objetivo 2º de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Cinco factores que determinan la seguridad alimentaria
- Disponibilidad. Depende de los tipos de cultivos producidos a nivel nacional, de las importaciones y de la capacidad de almacenamiento.
- Estabilidad. La propia estacionalidad de las cosechas, así como los desastres climáticos (sequías, riadas…), pueden condicionar el normal flujo de alimentos. Por eso es tan importante garantizar un almacenamiento sin mermas.
- Accesibilidad. Tan importante es poder acceder a ese alimento físicamente (es decir, que haya en nuestro lugar de abastecimiento), como disponer de los recursos económicos para comprarlos.
- Inocuidad. El alimento debe ser comestible y no causar dolencias debido a sustancias nocivas. Esto implica la aplicación de medidas de salubridad y protección a lo largo de todo el proceso de producción, almacenaje y distribución.
- Condiciones del consumidor. La salud del ciudadano y su capacidad para recibir asistencia médica condicionan su acceso a la comida. Además, el alimento debe garantizar tanto sus necesidades nutricionales como sus preferencias alimentarias.
La Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES) que distingue 3 grados o niveles de inseguridad alimentaria:
- Leve. Aplica a la incertidumbre sobre si se podrán obtener alimentos. Se produce, por ejemplo, cuando faltan suministros en desastres meteorológicos, incendios de almacenes, huelgas, crisis aduaneras…
- Moderada. Se reduce la calidad, cantidad y variedad de alimentos disponibles. O no se realizan todas las comidas necesarias.
- Grave. No se ingieren alimentos en un día o más.
La seguridad alimentaria no solo salvaguarda la dignidad humana y el derecho de cada ser humano poder comer y a elegir qué come. A nivel sociopolítico reduce el riesgo de disturbios, inseguridad física y/o migraciones forzadas y favorece un crecimiento económico ecuánime.
Normativa
Todos los envases y materiales en contacto directo con los alimentos deben cumplir tanto con las directivas y reglamentos europeos, como con las normas específicas españolas.
Estas normas también se extienden al comercio minorista, la restauración y la venta de alimentos, y para el almacenamiento, conservación y transporte.
En esta
página de AESAN encontrarás los enlaces a todas las regulaciones pertinentes.
Materiales para garantizar la seguridad alimentaria
La normativa vigente autoriza distintos materiales para el contacto directo con los alimentos siempre que garanticen una correcta conservación de los alimentos. Entre ellos, el cartón, el papel, la cerámica, el caucho o el plástico.
Cada material, a su vez, se rige por regulaciones marco y normativas específicas para envases u otras aplicaciones de uso alimentario. Estas son algunas de ellas:
- Reglamento Europeo 1935/2004. Establece el marco de medidas que deben cumplir los materiales y objetos destinados al contacto con alimentos. Se incluye la composición y los límites específicos para la migración de ciertos componentes.
- Reglamento Europeo (CE) 2023/2006. Contempla las buenas prácticas de manufactura en la fabricación de esos materiales.
- Reglamento EU 10/2011. Regula de forma específica los materiales plásticos, ya sean monomaterial o multicapa. En sus preámbulos 18 y 20 alude expresamente los NIAS (sustancias añadidas involuntariamente) y sus potenciales riesgos para la salud.
Corresponde al fabricante evaluar cualquier riesgo potencial de esas sustancias ‘con arreglo a principios científicos sobre evaluación de riesgos internacionalmente reconocidos’. Así se garantiza que aquellos plásticos que acompañan a sus alimentos son plásticos seguros.
Uso del plástico con alimentos, ¿es realmente seguro?
Hablar de seguridad alimentaria y plásticos puede parecer antagónico, pero no lo es.
No podemos negar que el plástico arrastra años de mala fama. Ahora bien, buena parte se debe a una deficiente gestión de los residuos plásticos post consumo. Esta situación se ha convertido en un problema medioambiental que amenaza la salubridad de las aguas.
Evitarlo implica un compromiso social, político, empresarial y ético por parte de todos para reducir,
reutilizar y reciclar adecuadamente asegurando la circularidad de estos materiales.
Hechas estas salvedades, el plástico sigue siendo el material que mejores prestaciones ofrece para garantizar la seguridad alimentaria. Y no solo de forma pasiva.
Algunas opciones de
smart packaging ya incorporan indicadores colorimétricos aplicando enzimas y otras sustancias en el propio envase. Así podemos saber si el alimento es apto o no para su consumo, independientemente de la fecha de consumo preferente o caducidad impresa.
Además, por su propia elasticidad y maleabilidad, permite adaptar su forma a las necesidades y características de cada alimento. En la
quinta gama permite procesos de esterilización a altas temperaturas, sellado y una presentación visual muy atractiva para el consumidor, entre otros.
Todos los plásticos comercializados en la UE deben cumplir con los tres Reglamentos arriba indicados. Los fabricados con plásticos reciclados deben cumplir con el Reglamento 282/2008 que autoriza solo los procedentes de un proceso de reciclado autorizado.
Antes de su comercialización, la EFSA evalúa su seguridad y concede la declaración de conformidad necesaria para su distribución.
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