El IRTA ha puesto en marcha el proyecto AGROLABS con el objetivo de conseguir, a través de la digitalización, una agricultura más eficiente, competitiva y sostenible. Esta iniciativa consiste en ofrecer espacios de experimentación y test de nuevas tecnologías digitales, así como una plataforma de datos y servicios digitales que se pondrá a disposición del sector agroganadero y de otras instituciones y agentes tecnológicos.
No es un hecho desconocido que el sector primario está cada vez más tecnificado. En los últimos años, de hecho, se habla de que podríamos estar viviendo una 4ª gran revolución agrícola, gracias a la irrupción de tecnologías como la sensórica, el internet de las cosas (Internet of Things, o IoT), el Big Data, el Blockchain, la Inteligencia Artificial, la robótica o la Agricultura/Ramadería de Precisión, entre otros. Se trata de herramientas que permiten recoger datos sobre el terreno y procesarlos a gran escala para ayudar en la toma de decisiones y en la mejora de la eficiencia de la cadena productiva. Estas herramientas pueden ser claves para afrontar el reto de alimentar a una población en crecimiento con recursos limitados y la necesidad inexcusable de hacerlo de forma sostenible.
Pero para llegar hasta aquí, debemos resolver varios obstáculos para poder adoptar estas tecnologías de forma verdaderamente útil: es necesario conseguir que llegue a todos los productores/as, y que éstas sean probadas y validadas para asegurar que las inversiones darán fruto. Es necesario también formar a los usuarios finales de las tecnologías, y que puedan disponer de datos amplios y precisos de las condiciones del campo y de la producción, con asesoramiento especializado y ayuda en la toma de decisiones. Superar estas barreras es el objetivo de los Agrolabs Digitales IRTA.
Específicamente en el caso de la poscosecha, se ha puesto en marcha una iniciativa que esta basada en Sistema de Apoyo a la Decisión (DSS) en conservación de fruta dulce, en la que se pretende conocer la mejor gestión de cámaras frigoríficas, y modelos de predicción y riesgo de fisiopatías y enfermedades en frutas conservadas. Para ello, se ha adaptado una de las cámaras situada en el Fruitcentre de Lleida, con sensores de todo tipo: sondas de temperatura, sondas de cambio de presión, de etileno, de gases en diferentes puntos de la cámara, anemómetros, basculas de medición en continuo, cámaras termográficas, cortinas para modular el flujo de aire, sondas en los evaporadores, cámaras hiperespectrales y sensores de volátiles. Todos estos sensores estarán controlados por un software diseñado específicamente para esta cámara que permitirá modular el sistema trabajando por diferentes sensores y en distintos momentos o tramos horarios. Al mismo tiempo toda la información recogida por los sensores en este software será trabajada con avanzados modelos matemáticos que permitan extraer conclusiones sobre cómo afectan los distintos parameros de conservación a la calidad del producto o sobre cómo se pueden conocer los cambios que ocurren en la fruta durante la conservación ya sea en frio o en atmosfera controlada. Este ambicioso proyecto denominado CAM.INS (Cámara Instrumentalizada) ha de permitir crear modelos de predicción y definir parámetros críticos para establecer el potencial de conservación y estudiar cómo cambia la fruta a lo largo de la conservación.