Cómo los dispositivos de control de calidad minimizan pérdidas y tiempos de análisis en el sector hortofrutícola

Los integrantes de la cadena de suministro de frutas y hortalizas, como agricultores, envasadores, proveedores, distribuidores y minoristas, tienen la oportunidad de incrementar sus ganancias al reducir la pérdida de alimentos y optimizar la gestión del tiempo mediante el uso de medidores de calidad de precisión. La monitorización regular y el control de los parámetros de calidad son herramientas clave para superar los desafíos asociados con la escasez de mano de obra agrícola y la naturaleza perecedera de los productos frescos. Este artículo detallará cómo los medidores de calidad pueden contribuir en este sentido.

Por qué es necesario un control de calidad

Los productos hortofrutícolas tienen un breve periodo de vida útil tras su cosecha debido a su naturaleza perecedera, caracterizada por su elevado contenido de agua. Son susceptibles a la pérdida de humedad y a la respiración, lo que ocasiona una disminución en su peso y desencadena procesos de maduración o deterioro. Además, los daños mecánicos influyen en la calidad de estos productos y favorecen la proliferación de microorganismos y su descomposición.

Los participantes en la cadena de suministro pueden mitigar estos efectos adversos a través de la monitorización de los parámetros de calidad. Por ejemplo, cambios en la apariencia pueden ser indicativos de deshidratación, daños mecánicos o causados por enfermedades y plagas.

La vigilancia de la calidad de las frutas y hortalizas frescas en varias etapas clave de la cadena de suministro facilita la adopción de medidas correctivas para evitar la pérdida de rendimiento y asegurar una calidad alimentaria óptima que cumpla con los estándares minoristas y las preferencias del consumidor, evitando así posibles rechazos.

Ventajas de utilizar dispositivos de precisión para determinar la calidad

Los dispositivos de precisión para el control de calidad de frutas y hortalizas, como el medidor de calidad F-750 y la serie F-751 de Felix Instruments, suelen basarse en la espectroscopia de infrarrojo cercano. Estas herramientas recopilan datos espectrales y los analizan para proporcionar mediciones comprensibles de los parámetros de calidad en tiempo real. Además, estos resultados son precisos y objetivos, y pueden compartirse con otros actores para cumplir con la normativa de la FDA.

Los parámetros de control de calidad de productos frescos monitoreados incluyen el color externo, tamaño, forma, sabor y atributos internos como la firmeza, materia seca, sólidos solubles totales (SST) y acidez titulable.

Las herramientas tradicionales, como las tablas de color, o las herramientas destructivas, como los penetrómetros y refractómetros utilizados para estimar la firmeza y los ºBrix, son procesos lentos y pueden causar daños a las frutas durante su uso.

Medir los parámetros bioquímicos internos requiere de un laboratorio, equipos especializados, tiempo y personal capacitado. Otra opción es recurrir a laboratorio extrenos, lo cual puede implicar largos tiempos de espera y resultar en la pérdida de oportunidades cruciales para tomar medidas correctivas.

Desafíos a los que se enfrenta la industria hortofrutícola

Los dos principales desafíos que enfrenta la industria hortofrutícola actual son la pérdida de alimentos y la escasez de mano de obra, los cuales impactan negativamente en los ingresos de los integrantes en la cadena de suministro.

Falta de mano de obra

Los problemas de mano de obra en la industria agrícola son significativos. Se prevé que en 2024 los ingresos netos agrícolas en Estados Unidos disminuyan un 25.8% en comparación con 2023. Los costos de producción están en aumento debido a las elevadas tarifas laborales, impulsadas por la escasez de mano de obra y la política. La producción de productos frescos, especialmente durante la cosecha, requiere una gran cantidad de mano de obra. Ante esta situación, los agricultores se ven obligados a realizar ajustes a corto plazo, reduciendo las cantidades de rendimiento como medida para afrontar esta escasez.

Los agricultores están interesados en implementar dispositivos mecánicos y equipos que ayuden a reducir la dependencia de la mano de obra. Herramientas como los dispositivos de control de calidad podrían ser empleados para inspeccionar y seleccionar los cultivos que están listos para la cosecha. De esta manera, los agricultores pueden recolectar los cultivos en su punto óptimo de madurez y utilizar de manera más eficiente tanto sus cultivos como la mano de obra disponible.

Pérdida de alimentos

Entre el 40 y el 50% de los productos frescos se pierden en la cadena de suministro antes de llegar a los consumidores, en comparación con el 20, 30 y 35% de los mariscos, cereales y carnes, respectivamente.

La pérdida de alimentos se refiere a la reducción en la cantidad de productos frescos y a la degradación de su calidad. Estas pérdidas pueden mitigarse mediante el control de calidad con dispositivos de precisión en el lugar, como se discute a continuación:

• El momento de la cosecha se determina utilizando un índice de madurez basado en la materia seca o los sólidos solubles totales (SST) para garantizar la mejor calidad, satisfacer las expectativas del consumidor y prolongar la vida útil del producto.
• La monitorización poscosecha, que abarca el empaque, la clasificación, el almacenamiento, el transporte, la maduración y la comercialización, permite detectar y retirar los alimentos deteriorados para evitar la propagación de microorganismos o etileno a otros lotes, mitigando así la pérdida de alimentos.
• La determinación de la madurez y otros parámetros de calidad orienta la selección de las condiciones óptimas de humedad relativa, temperatura y composición de gases en atmósferas controladas después de la cosecha.
• Una monitorización adecuada durante el proceso de maduración garantiza una mayor calidad y un rendimiento más utilizable, lo que contribuye a reducir las pérdidas y aumentar el retorno de la inversión (ROI).

Al emplear herramientas de precisión, los participantes ahorran tiempo en pruebas de calidad, obteniendo resultados instantáneos que les permiten tomar medidas rápidas para proteger sus cultivos. Como consecuencia, toda la cadena de suministro logra mayores ganancias al reducir las pérdidas de productos frescos y los costos laborales. Además, se mejora la seguridad alimentaria de la sociedad.

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