Factores que acortan y prolongan la vida útil, y múltiples métodos para prolongar y medir la vida útil de los productos en lo que respecta a los productos procesados desde la cosecha hasta la entrega en el establecimiento minorista
Los productos son muy perecederos, por lo que su vida útil es una carrera contra el reloj para productores, distribuidores y minoristas. Según la Produce Marketing Association, la media nacional de merma de productos es del 6%, y la vida útil cuesta a los minoristas estadounidenses más de 2.100 millones de dólares al año.
¿Qué es la vida útil? La vida útil es el periodo de tiempo que tiene un alimento antes de que se considere inadecuado para el consumo o la venta. La vida útil de las frutas y hortalizas puede variar considerablemente en función de múltiples factores. La vida útil de los productos después de la cosecha gira en torno al hecho básico de que las frutas y hortalizas frescas siguen funcionando como organismos vivos, incluso después de ser cosechadas. Los productos recién cosechados utilizan la energía almacenada y el oxígeno para seguir vivos. Este proceso se denomina respiración y cuanto más rápido utilice el producto su energía almacenada, menor será su vida útil. Cuanto más rápido respire un producto, más rápido se deteriorará. En primer lugar,
DELTATRAK nos explicará por qué es importante la vida útil y para quién es importante.
Importancia de la vida útil
Según la Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos (EPA), este país genera más de 34 millones de toneladas de residuos alimentarios cada año, lo que supone un coste de unos 1.000 millones de dólares al año sólo para deshacerse de todos los residuos alimentarios. Un estudio de la Universidad de Arizona afirma, además, que sólo los restaurantes, las tiendas de conveniencia y los supermercados estadounidenses tiran 27 millones de toneladas cada año, lo que, según sus cálculos, representa 30.000 millones de dólares de comida desperdiciada. Este despilfarro tiene un gran impacto económico y medioambiental tanto en los particulares como en las empresas y, aunque estas cifras no son únicamente el resultado de la reducción de la vida útil, sí que contribuyen de forma significativa a afectar a los productores, procesadores, minoristas y, en última instancia, a los resultados del consumidor. Las pérdidas económicas, junto con la prolongación del transporte de alimentos, son la motivación de todas las instituciones que manipulan alimentos para considerar nuevas tecnologías que prolonguen la vida útil.
Factores que acortan la vida útil de los productos
Desde el momento en que se cosechan los productos, el reloj empieza a correr y comienza su deterioro. Los principales factores que afectan a la vida útil de los productos son la manipulación incorrecta, la humedad inadecuada, el abuso de la temperatura y la exposición al etileno. Un estudio de la UC Davis concluyó que un melocotón con los cuatro controles al máximo puede durar aproximadamente 28 días. Si ese mismo producto se somete a un almacenamiento a 43,2 F en lugar de los 32 F óptimos, su vida útil disminuye en un 50% (figura 1). Posteriormente, si se añaden los factores restantes de exposición al etileno, humedad inadecuada y manipulación incorrecta, un melocotón puede durar sólo entre 1 y 2 días. Las soluciones que suministran herramientas y datos para controlar, supervisar y documentar con precisión estos factores durante el almacenamiento y el transporte pueden resolver eficazmente estos problemas.
Manipulación
Si los productos se manipulan de forma inadecuada durante la cosecha y se dañan o se magullan, la fruta o la verdura gastan más energía con mayor rapidez que los productos no dañados, lo que reduce su vida útil. Además, si las condiciones de cosecha no son higiénicas, las bacterias tienen la oportunidad de prosperar, ya que se alimentan de la energía almacenada. Esto da lugar a una descomposición y deterioro más rápidos. Las prácticas inadecuadas de manipulación aumentan la pérdida de agua y la respiración y proporcionan vías para que las bacterias o el moho arraiguen. Además, las magulladuras o los daños invitan a la putrefacción y la contaminación. Los productos magullados o dañados mecánicamente o por la manipulación humana son más propensos a la putrefacción. Por ejemplo, la documentación del National Center for Appropriate Technology (NACT) afirma que las ciruelas pasas muy magulladas desarrollaron un 25% más de podredumbre que las ciruelas pasas sin daños, que sólo desarrollaron un 1,3% de podredumbre durante el almacenamiento. Ejemplos de factores de manipulación postcosecha inadecuados que pueden afectar a la vida útil son
- Lavar los productos con agua contaminada
- Transporte de productos en cajas contaminadas
- La vibración de los vehículos que provoca daños en los productos.
Además, los daños en el producto debidos a una manipulación inadecuada hacen que el producto libere grandes cantidades de etileno. La producción de etileno es otro factor de reducción de la vida útil que se detalla en una sección posterior. El gas etileno acelera la descomposición de los productos sanos circundantes.