“Libro blanco” de DELTATRAK
Para la industria alimentaria, siempre importa, ... cómo llevar la comida del punto A al punto B antes que se eche a perder.
En los días previos a la refrigeración y el tránsito rápido, las personas estaban extremadamente limitadas en cuanto a los métodos disponibles para conservar los alimentos mientras los trasladaban de un lugar a otro. Por supuesto, hoy, con el crecimiento del comercio, la responsabilidad de mantener los alimentos frescos durante el transporte no es solo un problema de salud pública, sino también legal.
Cada año, unos 48 millones de estadounidenses se enferman y 5.000 mueren a causa de patógenos transmitidos por los alimentos.
En respuesta a tales tragedias, se estableció una regulación para prevenir enfermedades del consumidor, como exigir que los alimentos se mantengan a temperaturas por debajo de 40 ° F (4.5ºC) durante el transporte.
FSMA (the Food Safety Modernization Act), la Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria, firmada por el
presidente Barack Obama en 2011, está enfocada en prevenir las enfermedades transmitidas por los alimentos a través de requerir medidas específicas para el transporte en tren, barco, avión y camión.
A partir del 16 de abril de 2017, los expedidores, cargadores, transportistas y receptores con al menos 500 empleados (y autotransportistas) y $ 27.5 millones en ventas deben cumplir con la FSMA. (Para entidades más pequeñas, la fecha de vigencia fue el 6 de abril de 2018).
Transporte de alimentos refrigerados
El transporte refrigerado se creó en gran parte para atender las necesidades de las empresas alimentarias. En 1867,
J.B. Southerland patentó el vagón de ferrocarril refrigerado, un sistema rudimentario que utilizaba grandes bloques de hielo y aire exterior para enfriar los productos que se enviaban. En 1949, el inventor
Frederick McKinley Jones patentó un sistema de refrigeración que permitía el transporte de alimentos en camiones.
Gracias a la contribución de Jones, la industria del transporte por carretera tendría un impacto enorme en el transporte de alimentos, ya que los alimentos se entregaban a distancias mucho más largas que antes y a velocidades mucho más rápidas. Con su sistema de refrigeración montado en el techo,
Jones cofundó Thermo King, empresa dedicada a la fabricación de sistemas de control de temperatura de transporte que se ha convertido en una marca internacional.
El transporte refrigerado toma las siguientes formas: camión, tren, cargueros, frigoríficos y aéreo. Con la llegada del sistema de carreteras interestatales en 1956, la industria del transporte por carretera experimentó un crecimiento masivo. Un resultado obvio fue que el transporte de alimentos a largas distancias fue mucho más rápido que antes.
La necesidad de transportar alimentos
Aunque usaba un proceso increíblemente simple para mantener los alimentos fríos, el primer tren refrigerado fue fundamental en la expansión de las ventas de alimentos entre estados. Los productos básicos producidos en una región del país podrían transportarse a los consumidores de otras áreas.
La gente podía disfrutar de productos de otras regiones geográficas y, aunque la carne se producía principalmente en el Medio Oeste y el Sur, ahora se podía enviar a todo el país.
El comercio mundial ha aumentado sustancialmente en los últimos años, lo que ha provocado la necesidad de transportar alimentos a distancias más largas. La capacidad de mover productos perecederos en un área amplia significa que muchos países en desarrollo pueden participar en el comercio mundial.
En los Estados Unidos, por ejemplo, los productos importados incluyen cangrejos, langostas y diversas variedades de pescado, frutas como plátanos, piñas y arándanos, así como nueces y verduras, la mayoría de México. Estados Unidos importa carne roja de Nueva Zelanda, Uruguay y Australia. Ofrecer variedad a los consumidores, a un costo razonable, es la fuerza impulsora detrás de la importación de estos alimentos.
Problemas del transporte de alimentos
Los alimentos perecederos deben refrigerarse o congelarse antes de su envío para prevenir el crecimiento de bacterias y otros patógenos peligrosos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que diferentes productos requieren diferentes parámetros de temperatura. Se han establecido pautas y el rango de temperaturas es bastante extenso.
Por ejemplo, la temperatura recomendada para los plátanos es de 56 a 57 °F (13 a 14ºC), pero para el repollo, la temperatura sugerida es de 32 a 36°F (0 a 2ºC). Para el queso, una temperatura de 45 °F (7ºC) es ideal. Si se enfría a menos de 26°F (-3.5ºC), las aves de corral pueden enfriarse fuertemente, lo que extiende su vida útil en varias semanas. Normalmente, las carnes y aves frescas deben entregarse al minorista en un plazo de dos días.
Mantener los alimentos a la temperatura adecuada durante el transporte no siempre es fácil, máxime cuando las demandas de los consumidores requieren que los alimentos se transporten a mayores distancias que en décadas anteriores. Los estudios del transporte terrestre muestran que, en lo que respecta a algunos productos básicos, la distancia desde la producción hasta la venta al por menor puede ser de hasta 1500 millas (2.400 km), lo que definitivamente es lo suficientemente lejos para que se produzcan variaciones de temperatura.
Las distancias más largas no solo crean problemas cuando se trata de preservar los productos perecederos, sino que también se ha observado que la ubicación dentro de un palé, así como la ubicación del palé dentro de un camión o contenedor, pueden representar un desafío considerable. El tipo de sistema de suministro de aire, aire superior o aire inferior, también puede causar inconsistencias en la temperatura del producto. La forma en que se cargan los productos en un camión (patrones de carga) también afecta el flujo de aire y el enfriamiento.
El mantenimiento inadecuado del vehículo también puede causar fluctuaciones de temperatura como resultado de techos con goteras y huecos en las puertas, así como condensación y acumulación de hielo. Si bien el transporte aéreo es una solución efectiva para productos de alto valor, especialmente aquellos con escasa vida poscosecha, también implica una serie de desafíos.
El transporte aéreo no solo puede tener un costo prohibitivo, sino que en realidad se gasta una cantidad considerable de tiempo en el "tiempo de inactividad" del viaje, donde el producto está en ruta hacia y desde el aeropuerto, en la pista esperando ser cargado o descargado, o en el almacenamiento del aeropuerto (algunos aeropuertos ofrecen almacenamiento en frío).
Estos y otros problemas, en última instancia, crean deterioro, que es la mayor preocupación que enfrentan los productores de alimentos perecederos. Controlar la temperatura durante el transporte es una de las formas más efectivas de prevenir el deterioro.
El “Libro blanco” de
DeltaTrak también trata los siguientes aspectos:
- Implicaciones de la pérdida y el desperdicio de alimentos
- Registrador en tránsito con bluetooth de bajo consumo de energía: la solución perfecta para los transportistas de productos agrícolas frescos
- Conclusiones.
ACCESO PARA LEER O DESCARGAR el texto completo "Bluetooth Low Energy Devices: The Right Temperature Monitoring Solution for Your Produce Shipment"