La monilia es una enfermedad potencialmente grave provocada por un hongo muy frecuente en los árboles frutales, pudiendo afectar tanto en la etapa de floración y desarrollo de la planta como en la postcosecha, por lo que para su control, es fundamental
estar atento a sus síntomas durante todo el proceso productivo. De esta manera, es posible implementar a tiempo una estrategia de defensa donde se combinen medidas preventivas con el uso de fungicidas específicos en el caso de que la plaga ya haya hecho su aparición.
¿Qué es la monilia y cuáles son sus síntomas?
La monilia está considerada una patología propia de los árboles frutales en general y, especialmente, del melocotonero y el manzano. Para que pueda producirse la infección es necesario que haya alguna herida en la planta para que
el hongo parásito pueda penetrar hasta los frutos. A partir de aquí, la monilia va causando una serie de daños progresivos, pudiendo afectar en gran medida a los cultivos.
La infección por monilia se puede dar en flores, frutos normalmente pequeños y ramas. Si esta no logra controlarse, el resultado final son los
frutos momificados que no llegan a caer del árbol, pero se secan totalmente, por lo que no son aptos para su consumo y comercialización.
Síntomas muy característicos y fácilmente identificables
La monilia es una
plaga muy fácil de identificar porque, invariablemente, aparecen los siguientes síntomas:
- Las fructificaciones del hongo provocan la aparición en las frutas de
manchas de color marrón sobre las que aparecen otras manchas, en esta ocasión de color blanco sucio.
- Los melocotones, manzanas y otras frutas en primer lugar
se arrugan, para luego secarse y momificarse sin llegar a desprenderse del árbol, como hemos comentado.
- Se da la aparición de
chancros.
- Si la infección se produce durante la floración, un síntoma previo a que se sequen es el
ennegrecimiento de las flores.
Claves para combatir la monilia
1) Medidas preventivas
Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de tratar de prevenir la monilia en nuestros frutales es que las condiciones que más favorecen la proliferación de este hongo son las
temperaturas comprendidas entre los 20 y los 25ºC, es decir, el clima templado y suave. Por lo tanto, cuando se den estas condiciones debemos extremar al máximo las precauciones.
Los
tratamientos preventivos más efectivos contra la monilia son:
- Podar y destruir las ramas y frutos que hayan sido afectados para evitar el contagio. Como hemos comentado anteriormente, es posible reconocer fácilmente la infección por la aparición de las manchas de color marrón y blanco sucio características, chancros y frutos momificados. Es recomendable realizar la poda durante los meses de verano, ya que se logra un mejor saneamiento.
- Vigilar especialmente los cultivos que tengan heridas, siendo una de las causas principales las granizadas, ya que posibilitan la penetración del hongo.
- Tener
mucho cuidado en la recogida de las frutas, con el fin de no provocar rasguños o pequeñas heridas que podrían generar la infección en la postcosecha.
Asimismo, en
este artículo de la UCDavis encontramos una serie de recomendaciones para mantener la calidad postcosecha en frutos de hueso como la ciruela.
2) Tratamiento postcosecha
Cuando las medidas preventivas no funcionan y tiene lugar la infección, la única solución efectiva es
la erradicación del hongo causante de la enfermedad mediante un tratamiento específico. Para ello es necesario usar productos fungicidas que contengan iprodiona, bencimidazoles o fungicidas inhibidores del Ergosterol.
Es muy recomendable
realizar el tratamiento en primer lugar en racimos en flor, puesto que estos son los primeros órganos atacados por el parásito y así evitaremos males mayores como la infección de las flores, formación de chancros, momificación de los frutos e infecciones provocadas por emisión de conidias.
La solución específica de Decco contra la monilia en la postcosecha: Deccopyr POT
La monilia puede
originarse y propagarse durante la postcosecha, especialmente si se ha producido alguna herida durante la recogida del fruto o por contagio por alguna planta infectada con anterioridad.
En estos casos, es imprescindible la aplicación de un
tratamiento fitosanitario con algún producto especial para ser usado después de la recolección, evitando así su expansión en las cámaras. Este es el momento idóneo para poner en marcha un tratamiento curativo o preventivo de los frutales durante la postcosecha.
En
DECCO hemos desarrollado un producto específico para eliminar la monilia en los cultivos frutales durante la postcosecha:
Deccopyr POT, un fungicida fumígeno cuya gran eficacia ha sido comprobada en diversos estudios de laboratorio.
Sigue leyendo para conocer el modo de empleo de Deccopyr POT