DECCO IBÉRICA realiza una serie de recomendaciones para la poscosecha de la mandarina y detalla sus principales enfermedades
El cultivo de mandarina es uno de los más populares en nuestro país. La mandarina (satsumas, híbridos y clementinas) es un fruto muy apreciado, similar a la naranja, pero de menor tamaño. Se consume principalmente como pieza entera, aunque también se comercializa en conservas, cortada en gajos, y para la fabricación de jarabes y mermeladas. El árbol de la mandarina es pequeño, con abundantes espinas, de hoja perenne y se caracteriza por tener una
gran capacidad de adaptación a condiciones climáticas diversas: desérticas, semitropicales y subtropicales.
A continuación, vamos a desvelar las
claves para un correcto proceso de postcosecha de este fruto, cuyos principales países productores son los situados en la cuenca Mediterránea: España, Italia y Marruecos, así como también Estados Unidos y países asiáticos como China y Japón.
Las claves del éxito en la postcosecha del cultivo de mandarina
La mandarina es una fruta bastante delicada, una causa importante de su deterioro es la
falta de agua que puede producirse al separar el fruto del árbol. Este es un problema común a los cítricos, que en caso de las mandarinas se agrava porque presentan una superficie muy alta con relación a su volumen total y porque su corteza, al ser muy fina, favorece la deshidratación.
Por lo tanto, la fase más crítica y que más cuidados precisa de todo el proceso de cultivo de la mandarina es la postcosecha. En esta etapa es muy importante
minimizar los efectos de la pérdida de agua, los cuales pueden reducir enormemente su calidad comercial: desecación de la corteza por excesiva transpiración, ablandamiento, aparición de arrugas y envejecimiento prematuro del fruto.
El seguimiento de los siguientes
consejos y pautas de actuación para la postcosecha son fundamentales para reducir los efectos de la deshidratación y otros circunstancias perjudiciales para las mandarinas:
- Las condiciones generales de almacenaje de las mandarinas son de
5ºC y un 90% de humedad relativa.
- En principio, la aplicación de bajas temperaturas durante la postcosecha es beneficioso para
reducir la transpiración y evitar la proliferación de hongos. No obstante, este método tiene limitaciones, y hay que tener mucho en cuenta el momento fenológico del fruto, la variedad y otros factores, para que el frío no dañe nuestros frutos. De no manejar bien el frío las mandarinas presentarán el desarrollo de manchas en la piel y otras alteraciones (pitting, scalding…) que, si bien no destruyen la fruta, sí que le hacen perder valor en el mercado.
- Durante el transporte, es muy importante
proteger las mandarinas contra las inclemencias atmosféricas: lluvia, viento fuerte, exceso de sol, etc. Por otro lado, la temperatura dentro de las cajas debe permanecer estable. En cuanto a la humedad relativa, debemos asegurarnos de que esté siempre en un rango de entre 85-95%, siendo para ello imprescindible el mantenimiento de una correcta circulación de corriente de aire refrigerante.
Sigue leyendo para conocer los principales problemas poscosecha de las mandarinas y cómo pueden ayudarte los productos de Decco
Soluciones para el control de enfermedades en cítricos