DECCO IBÉRICA ofrece soluciones muy efectivas para conseguir una conservación óptima de frutas, verduras y hortalizas
Los cultivos hortícolas se caracterizan por estar sembrados de forma intensiva en áreas de menor tamaño, lo que los distingue del resto de cultivos, conocidos como agronómicos. Los principales ejemplos de cultivos hortícolas son: hortalizas, frutas y verduras.
Para conseguir la máxima rentabilidad en la explotación y la comercialización de las plantas hortícolas es muy muy importante prolongar lo más posible la vida útil de frutas y verduras, siendo para ello imprescindible implementar las mejores soluciones de transporte y soluciones de conservación.
¿Cómo mejorar la conservación de los cultivos hortícolas?
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación cifra en aproximadamente un tercio del total los alimentos producidos en el mundo que acaban desperdiciándose y un porcentaje muy significativo de estos, el 45%, corresponde a frutas y hortalizas.
El desperdicio alimentario es un problema muy serio para la humanidad porque, en primer lugar, se echa a perder un bien preciado y fundamental que podría salvar muchas vidas. En especial, en las regiones del mundo más pobres e infra desarrolladas. Pero este no es el único problema. El uso inútil de recursos en alimentos desperdiciados provoca un impacto muy negativo en el medio ambiente. Contribuye al calentamiento global por la huella de carbono producido. Y por otro lado, nos encontramos con cuantiosas pérdidas económicas.
Existen una serie de medidas y soluciones tecnológicas que ayudan en la conservación de los productos provenientes de los cultivos hortícolas y estos tiene que ver tanto con el proceso previo y la recolección, como en las técnicas postcosecha de conservación y transporte.
Algunas de las técnicas de conservación más eficaces para alargar la vida de frutas y hortalizas de un modo óptimo son: duchas de frutos, implantación de soluciones fungicidas y ceras, secados de gran potencia y sistemas de refrigeración.
El frío es el gran aliado en la conservación de hortalizas y frutas, puesto que retrasa la maduración y la senescencia o envejecimiento celular. En la actualidad, se emplean técnicas de conservación de Atmósfera Controlada en las cámaras frigoríficas que llegan a multiplicar por cuatro el tiempo de maduración de la frutas y el mantenimiento de su calidad y sabor.
Soluciones de conservación de Decco Ibérica
DECCO IBÉRICA ofrece soluciones muy efectivas para conseguir una conservación óptima de frutas, verduras y hortalizas:
- Equipos para tratamientos postcosecha
Contamos con: sistemas drencher, lavadoras, aplicadores de ceras, túneles de presecado y de secado y equipos de dosificación y aplicación automatizados. Damos un servicio completo e integral que permite realizar el mejor tratamiento postcosecha.
- Cámaras de conservación
Disponemos de sistemas de control y regulación de cámaras que se adaptan a las necesidades de cada cliente y permiten monitorizar y controlar todos los parámetros en juego: etileno, carbónico, humedad y la temperatura.
- Sistemas de recuperación de caldos de tratamiento
Contamos con dos soluciones, SRC Decco y SRC Decco SM470, que permiten la reutilización de los caldos de tratamiento de los drenchers y balsas de tratamiento. Además, esta tecnología aporta el valor añadido de no generar lodos residuales y minimizar costes.
La importancia de optimizar el transporte
Durante la distancia que recorren los alimentos hasta llegar al punto de distribución, que en ocasiones es de muchos kilómetros, es fundamental que no se rompa la cadena de frío. Solamente así se asegura la conservación del producto en óptimas condiciones. Esta medida afecta especialmente a frutas, verduras y hortalizas, puesto que se trata de alimentos muy sensibles a los cambios de temperatura.
Por todo ello, una buena logística es del todo indispensable para garantizar que el proceso de conservación no se vea alterado y provoque que los alimentos se echen a perder.
El transporte de alimentos perecederos está ampliamente regulado por diversas, leyes y normativas que especifican cuáles deben ser las condiciones de temperatura, frío y humedad para cada categoría de alimento, así como el tipo de vehículo necesario:
- El vehículo isotérmico: cubierto de material aislante para evitar cualquier intercambio de calor entre el interior y el exterior.
- Un vehículo refrigerado: conserva el frío a temperaturas exteriores de entre 20 y 30 ºC como máximo.
- El vehículo frigorífico: mantiene la temperatura interior entre los 12 y -20ºC siempre que la temperatura exterior sea como máximo de 30ºC.
- Vehículo calorífico: dispone de un dispositivo que genera calor y hace posible que se eleve la temperatura en el interior de la caja, en un valor que no sea inferior a los 12ºC.
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