¿Qué cuidados son necesarios y cuáles son las principales enfermedades postcosecha durante la conservación de los diferentes tipos de kakis? No te pierdas el siguiente artículo de DECCO IBÉRICA
La importancia de la postcosecha para todos los tipos de kaki
El incremento en el cultivo del caqui desde hace unos años hace necesario darle cada vez mayor importancia a su conservación, especialmente si tenemos en cuenta el largo periodo de almacenaje por el que tendrá que pasar esta fruta que se cosecha sólo con la llegada del frío. Esta
producción tan puntual, obliga a conservar el fruto para ampliar el periodo de comercialización lo máximo posible.
Para ello, los kakis se pueden almacenar en
atmósfera controlada:
- A una temperatura de 0ºC, una humedad entre el 90 y 95%.
- A un nivel de oxígeno de entre el 3 y el 5%.
- A un nivel de dióxido de carbono de entre el 5 y el 8%.
- También es imprescindible eliminar el etileno del ambiente.
Con estas características, podemos llegar a prolongar la vida de la fruta
de tres a cinco meses.
El transporte también es esencial en su conservación, ya que, al tratarse de un producto muy frágil, si no se hace con cuidado, con temperatura y aireación adecuada, la vida media del fruto puede verse muy resentida. Entre los
problemas más habituales que se pueden sufrir en la postcosecha del caqui destacan:
- Daños por frío: son sensibles a la temperatura de entre 5 y 15ºC, pudiendo presentar pardeamiento de la pulpa y ablandamiento. Estos problemas se agravan aún más en presencia de etileno.
- Daños por etileno: si la concentración de este gas es elevada se produce un envejecimiento prematuro del fruto, que se ablanda y pierde calidad.
- Daños por niveles bajos de oxígeno: si se exponen a atmósferas con niveles de oxígeno por debajo del 3% durante más de un mes pueden tener problemas en la maduración y pérdida de sabor.
- Daños por niveles altos de anhídrido carbónico: la exposición a niveles de carbono por encima del 10% durante más de un mes puede producir pardeamiento de la carne del fruto y pérdida de sabor.
¿Qué diferentes tipos de kakis existen?
Hay
numerosos tipos de kakis, de los cuales no todos son comestibles. Entre los que se pueden comer, diferenciamos tres: el caqui de china (
Diospyros kaki), el de japón (
Diospyros lotus) y el de Virginia (
Diospyros virginiana). Dentro de estas especies encontramos diferentes variedades comerciales, de las cuales, las más comunes son:
- Rojo brillante (o Persimón): probablemente la variedad más conocida en nuestro país. Produce frutos de color rojo intenso, con la piel delicada y la pulpa algo dura, que se recoge a finales de noviembre.
- Eureka: es un árbol pequeño pero muy productivo. Aguanta bien la sequía y el frío.
- Caqui de chocolate: poseen un color muy similar al chocolate, dulce y ligero.
- Hachiya: se caracteriza por poseer una piel naranja brillante y es extremadamente astringente.
- Fuyu: de los más comunes. Tiene un color naranja pálido o brillante, de tal manera que logra simular muy bien a un tomate.
- Jiro: es la variedad más baja. Tiene un fruto amarillo muy dulce. Se recoge a comienzos de otoño.
- Honan red: es igual que la variedad Fuyu, pero con frutos muy dulces y de color rojo anaranjado.
- Sharon: se trata de un caqui voluptuoso, casi sin semillas.
- Tanenanshi: con forma de cono y una piel de color amarillo anaranjado.
Entre dichas variedades hay tipos de
kakis astringentes, que deben esperar un tiempo a madurar para poder consumirlos (Eureka, Hachiya, Rojo brillante y Tanenashi) y
no astringentes (Fuyu, Jiro, Honan red y Sharon), que pueden comerse directamente recogidos. En ambos casos, los procesos de conservación postcosecha son muy similares.
Enfermedades poscosecha de los kakis
Los
problemas mecánicos y logísticos del almacenamiento del caqui pueden desencadenar diversas enfermedades. Incluso llevando el mayor de los cuidados, a veces se dan algunas de las principales enfermedades de la postcosecha, y que año tras año causa importantes mermas económicas. Entre ellas las que destacan son:
Alternaria del caqui
La alternaria, provocada por el hongo
Alternaria alternata. Sus esporas se diseminan por el viento o la lluvia y, en condiciones adecuadas, infectan los frutos en campo a través de la cutícula de la epidermis o de heridas bajo los sépalos. Inicialmente se desarrolla muy
lentamente y de manera superficial, induciendo el colapso celular y el ennegrecimiento de la pulpa.
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Frutos afectados por Alternaria alternata[/caption]
La podredumbres peduncular
Pestalotiopsis clavispora provoca los principales problemas en
la variedad Rojo Brillante. Puede detectarse debajo del cáliz y crece por toda la zona peduncular y, a veces, por otros lugares del fruto.
Botrytis cinerea
La
Botrytis cinerea es un agresivo patógeno que da lugar a una podredumbre gris que brota en lesiones muy blandas, apareciendo debajo del cáliz y creciendo por la zona peduncular. Otros de los principales síntomas de esta especie es que el fruto pierde color y la piel se desprende con facilidad. A diferencia de otros patógenos,
se puede desarrollar con temperaturas muy bajas, casi llegando a por debajo de los 0º C, lo que hace que se multiplique en frutos conservados en frío. También se reproduce con facilidad por contacto entre frutos enfermos y sanos.
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