Decco en Fruit Logistica 2020 mostrará sus soluciones para prevenir las pérdidas de frutas y hortalizas
La elevada demanda de alimentos en cualquier época del año y para un volumen creciente de población hace que haya también aumentado la necesidad del almacenar frutas y verduras durante los 12 meses. Los alimentos frescos se consumen fuera de temporada cada vez con una mayor asiduidad. Esto exige procesos de manejo poscosecha que no solo garanticen las provisiones de alimentos, sino que lo hagan asegurando el mejor estado posible de los alimentos después de su recogida.
De esta forma se contribuye a frenar el desperdicio alimentario. A continuación,
DECCO presentará las principales claves para enfrentarse a las posibles enfermedades y problemas que se generan durante el periodo de poscosecha.
Manejo poscosecha de frutas y hortalizas para evitar la senescencia
La vida de las frutas y las hortalizas se prolonga después de su recogida. Su madurez y envejecimiento se sigue produciendo debido a la senescencia, que implica modificaciones en ellos. Las principales son la pérdida de sabor y el reblandecimiento, debido a que se disuelve la lámina media y eso afecta a la textura. Los microorganismos también tienen una mayor facilidad para acceder a los alimentos. Todo ello deriva en una pérdida de calidad de los frutos a nivel comercial.
¿Qué factores afectan a la vida útil de los frutos en poscosecha?
En poscosecha, el tiempo que las frutas y verduras permanecen en buen estado depende de una serie de factores:
La respiración. Durante este proceso juegan un papel fundamental las sustancias de reserva con las que cuentan los frutos, como los azúcares y el almidón, que se oxidan y realizan dos procesos; consumir oxígeno y producir dióxido de carbono. La especie, la variedad, el grado de maduración, la temperatura y la composición de los gases ambiente que rodean a los frutos son factores que influyen en este proceso.
La maduración. Alteraciones en la textura y reducción de la firmeza, así como cambios de color, de sabor y de aroma son habituales durante el proceso de maduración de las frutas y verduras. A consecuencia de la maduración, las frutas desarrollan una serie de características físico-químicas que permiten definir distintos estados de madurez. Por eso es preciso conocer al detalle los distintos procesos que siguen los diferentes frutos, ya que se deben aplicar las técnicas adecuadas en cada caso.
El etileno. Esta hormona natural producida por frutas y hortalizas afecta a los procesos de maduración y senescencia de estas, así como a su calidad. Se puede hablar de frutas climatéricas y no climatéricas, puesto que, aunque todas las frutas producen etileno en su fase inicial de maduración, no todas lo siguen produciendo tras su recolección.
La humedad y la temperatura. Cerca del 90% de los productos agrícolas es agua. Por ese motivo, cuando se da una pérdida de humedad, aparece el deterioro en forma de arrugas y aspecto marchito. Por eso es clave conocer la temperatura a la que se encuentran las frutas y verduras después de su recolección, así como su temperatura óptima. Durante el periodo de almacenamiento, transporte y comercialización en el punto de venta deben conocerse siempre tanto la humedad como los grados en los que se encuentran los productos.