El enfriamiento rápido tras la recolección es clave para preservar la calidad de las frutas a lo largo del tiempo, manteniendo intactas sus propiedades organolépticas.
Este proceso resulta especialmente beneficioso para frutas delicadas como arándanos, endrinas, frambuesas, fresas, fresones, cerezas, madroños, grosellas, moras, kiwis y mangos.
Gracias a su experiencia en la cinética del enfriamiento, Clauger ha desarrollado celdas de enfriamiento rápido adaptadas específicamente a estos frutos, optimizando su conservación y frescura.
El enfriamiento controlado después de la cosecha ofrece múltiples ventajas: