La segunda parte de la campaña citrícola tiene dos características principales: por un lado, va asociada al comienzo de la temporada de exportaciones en contenedor a destinos de ultramar y, por otro, es en este momento cuando se comercializan las variedades premium de mandarinas híbridas (‘Tango’, ‘Nadorcott’, ‘Leanri’, ‘Murcott’, ‘Orri’, etc.). Es por tanto un momento crítico en el que, debido al alto valor añadido de la fruta, debemos si cabe prestar más atención y cuidado a todos los aspectos relacionados con su manejo.
Más aún, cuando estas variedades son especialmente sensibles a la aparición de diferentes daños, manchados y/o alteraciones fisiológicas en su piel, algunas de las cuales se manifiestan sin un patrón claro y del todo definido, con distinta incidencia e intensidad en función de campañas, momentos de cosecha, zonas de producción y partidas. Así pues, mientras que una partida de un determinado campo puede presentar manchado, otra partida de la misma variedad y tratada en la central de la misma forma, puede no verse afectada en absoluto. Igualmente, por los datos observados en los últimos años, es mucho mayor la incidencia a mitad y final de una variedad que en el primer tercio de campaña.
Este tipo de manchados tienen su origen en campo y son manifiestamente evolutivos: aunque algunos se aprecian de forma patente a la llegada de la fruta al almacén, otro tipo de alteraciones del flavedo se manifiestan durante su vida postcosecha, bien en la central tras los tratamientos, almacenamiento, y/o confección o bien en destino (Figura 1).
Figura 1. Evolución del manchado de un fruto de mandarina cv. Tango tratado, confeccionado y 7 días almacenado; más 0 y 3 días a temperatura ambiente
Las causas de estos manchados son numerosas y aunque no están definidas y claras del todo, y en la actualidad son objeto de investigación, se relacionan normalmente con condiciones meteorológicas adversas, estrés hídrico en campo y deshidratación.
Adicionalmente, hay que tener en cuenta un nuevo escenario, cada vez más habitual, en el que se dan altas temperaturas en campo durante otoño e invierno. Esto acelera la maduración de los frutos con la consiguiente senescencia prematura del flavedo, lo que favorece la aparición de alteraciones por manchado. Por las mismas razones, hemos podido observar en las últimas campañas una mayor incidencia de colapso de la corteza, SERB y/o “pateta de rata” en variedades de naranja como ‘Navel Lane Late’ y/o de endoxerosis en limón.
Este manchado aparece principalmente en las zonas de contacto entre frutos, o entre fruta y la zona del fondo del cajón, y se observa sólo en fruta que ha sido tratada en drencher, por lo que se puede considerar una fitotoxicidad causada por dicho tratamiento (Figura 2).
Figura 2. Frutos de mandarina cv. Nadorcott de la misma partida, tratados SIN y CON CitroProtect en el drencher
Existe también una gran variabilidad en la incidencia de esta fisiopatía entre partidas, zonas de producción y tratamientos. Igualmente, este manchado presenta un comportamiento evolutivo, que hace difícil al principio su detección en las mesas de tría o empaque, pero que en pocos días se extiende por la superficie del fruto, tomando un color marrón-oscuro.
Para minimizar y atenuar el desarrollo de los diferentes daños en la piel de variedades sensibles, detallamos las siguientes recomendaciones: