El pasado 3 de abril se celebró en Fraga una nueva edición de PostharvestTALKS, centrada en cómo optimizar la calidad de la fruta de hueso desde múltiples enfoques. Se abordaron aspectos clave como la elección varietal, una fertilización adecuada, el preenfriamiento rápido, una selección precisa de la fruta en almacén, así como el uso de fitosanitarios para preservar su calidad. También se analizó un aspecto igualmente relevante: los requisitos específicos que debe cumplir la fruta según el mercado de destino.
La jornada fue organizada por DECCO, Gobierno de Aragón, Ilerfed, Maf Roda, Yara Iberian, Viveros Mariano Soria y la Asociación Profesional de Productores de Frutas y Hortalizas de Huesca (Excofrut). El acto fue inaugurado por Marc Vendrell, presidente de la asociación y gerente de Frutas Torres Molins, tras una introducción a cargo de Eugenio Jiménez, técnico comercial de fruta de hueso y pepita en Decco Ibérica.
Eugenio Jiménez presenta Postharvest TALKS Fraga, acompañado de Marc Vendrell
El evento reunió a un centenar de asistentes, principalmente productores de la zona, aunque también acudieron profesionales de otras regiones, atraídos por el valor técnico de los encuentros PostharvestTALKS.
Las anteriores convocatorias de PostharvestTALKS estuvieron dedicadas a manzanas y peras (Lleida, junio 2023) y a cerezas y ciruelas (Plasencia, abril 2024).
La moderación del encuentro corrió a cargo de nuestra compañera Claudia Conesa, editora de los portales de SPE3, entre ellos Poscosecha.com y Postharvest.biz.
Viveros Mariano Soria está especializado en una amplia gama de especies: frutales de hueso, uva de mesa, almendros, olivos, portainjertos y líneas especiales como las variedades de bajo requerimiento de frío Frutimida o los frutales enanos. Luis Elías Soria, integrante de la tercera generación de esta empresa familiar, resumió su enfoque con una idea clave:
"La genética ofrece cada vez más opciones, pero lo primero es tener claro a qué mercado se quiere dirigir el producto."
Conocer al comprador y entender qué características busca —tamaño, color, sabor, capacidad de conservación, entre otras— es fundamental para una elección varietal acertada.
Luis Elías Soria destaca que la oferta varietal en albaricoque es mucho mayor que hace 5 ó 6 años
En el caso del albaricoque, subrayó el creciente interés por las variedades tardías y extratardías, que cubren una ventana comercial poco explotada. Además, ya existen opciones con tolerancia al virus de la Sharka, como Madrigal o Cockly COT.
A diferencia de otras zonas como Murcia, donde las horas de frío pueden ser limitantes, en Huesca se alcanzan fácilmente entre 800 y 1.000 horas, lo que permite cultivar desde variedades extratempranas hasta extratardías. Según explicó, los precios históricamente tienden a subir a partir de inicios de julio, lo cual respalda el interés por alargar el calendario de producción.
Los precios de los albaricoques remontan a partir de Faralia
Durante su intervención, repasó características de diversas variedades, como Playa Cot, Winnie COT y Farbela. Mención especial mereció Rubibop IPS, una variedad no tolerante a Sharka, pero de alta productividad, con 18 grados Brix y un color espectacular, en la que incluso tienen plantaciones propias. También destacó Madrigal, de color más tradicional, tolerante a Sharka y de recolección en torno a principios de agosto, y Cockly COT, una variedad dura, no harinosa, con cosecha alrededor del 20–22 de agosto, también tolerante a Sharka.
En cuanto a las nectarinas, puso el foco en las variedades extratardías desarrolladas por PSB, señalando que hay materiales en fase de preselección con recolección avanzada hasta septiembre, lo que puede abrir nuevas oportunidades comerciales en algunas regiones.
Sobre las platerinas (nectarinas planas blancas), comentó que quizás no tuvieron el impacto esperado en el mercado, aunque existe una gran diversidad genética disponible. También en paraguayos y platerinas hay variedades de maduración tardía, lo que permite extender la campaña más allá de agosto.
Por último, dedicó unas palabras a las ciruelas, donde también existen opciones interesantes, aunque en muchos casos están sujetas a programas club, si bien “bastante accesibles”. Algunas de estas variedades presentan cosechas en torno al 25 de septiembre y una vida poscosecha muy prolongada.
Es bien sabido que los cuidados poscosecha tienen como objetivo mantener la calidad de la fruta, pero esta se define principalmente en el campo. En poscosecha solo es posible preservar lo logrado —con algunas mejoras puntuales, como una mayor disponibilidad de compuestos que potencien la palatabilidad o el valor nutricional—. Una de las herramientas clave en campo es el manejo nutricional, tema central de la ponencia de María Elize Bordoni, de Yara Iberian, quien resumió su mensaje con una frase contundente:
"La calidad se hace en campo y se conserva después"
El objetivo es que las plantas puedan expresar al máximo su potencial genético, y para lograrlo, la nutrición debe diseñarse pensando también en su efecto sobre la poscosecha. Entre los elementos más relevantes para lograrlo destacan el calcio (Ca) y el silicio (Si).
María Elize Bordoni, a cargo de Yara Biologicals Iberia : “cosechar no es el final, es donde empieza el desafío”
El calcio tiene un papel estructural fundamental: fortalece la pared celular, reduce el daño mecánico y la incidencia de podredumbres. Además, contribuye a que la planta tolere mejor situaciones de estrés, actuando como una especie de "antena biológica" que detecta y responde a estas condiciones. Sin embargo, la movilidad del calcio dentro de la planta es limitada.
El calcio debe estar disponible para el fruto en desarrollo durante la etapa de multiplicación celular
Se transporta por flujo de masas a través del xilema, cuya carga negativa dificulta la circulación del calcio (de carga positiva). Además, es un nutriente dependiente de la transpiración, por lo que llega más fácilmente a hojas que a frutos. Este fenómeno explica, por ejemplo, que trastornos como el bitter pit en manzanas aparezcan con mayor frecuencia en frutos ubicados en el interior del árbol, donde la transpiración es menor.
El momento de aplicación del calcio es crucial: debe hacerse entre las tres a cuatro semanas posteriores al cuajado, cuando el fruto atraviesa su pico de división celular, etapa clave para la acumulación de calcio. Posteriormente, a medida que el fruto crece, la concentración del nutriente tiende a diluirse.
La diferencia entre frutos bien nutridos y deficientes en calcio es evidente al observar las laminillas medias de sus células, responsables de la cohesión entre tejidos.
A diferencia del calcio, el silicio no se considera un nutriente esencial, pero es un elemento beneficioso. Mejora la resistencia de la planta al estrés hídrico y a las plagas, reduce la deshidratación y favorece una mayor firmeza del fruto al estimular la formación de lignina. Además, induce la producción de fitoalexinas (defensas naturales de la planta) y actúa como biorremediador, evitando la acumulación de metales pesados en los tejidos del fruto.
Sin embargo, el silicio presenta un desafío: la planta no posee receptores ni transportadores específicos para su absorción. Además, las formas más comunes en el mercado, como los silicatos, tienen baja biodisponibilidad debido al tamaño de sus moléculas.
La alternativa más efectiva es el ácido ortosilícico, una forma biodisponible pero inestable, por lo que debe ser estabilizada adecuadamente. En este sentido, Yara utiliza una tecnología exclusiva que emplea colina como estabilizante. La colina no solo estabiliza el ácido ortosilícico, sino que además actúa como bioestimulante, potenciando el efecto de los fungicidas y sin inducir problemas de cracking, a diferencia de la glicina betaína.
ACTISIL es el producto de Yara que combina calcio y ácido ortosilícico estabilizado con colina, y está diseñado para aplicación foliar y fertirrigación.
Para la aplicación específica de calcio foliar, Yara cuenta con tres formulaciones de YaraVita. Una de ellas, en suspensión, está especialmente pensada para fruta que no será lavada, ya que no deja residuos visibles sobre su superficie.
Una vez cosechada, la fruta inicia —o acelera— procesos que comprometen su calidad. La medida más eficaz para ralentizar este deterioro es reducir rápidamente su temperatura. El enfriamiento ralentiza los procesos fisiológicos y bioquímicos, disminuye la pérdida de agua (que conlleva arrugamiento y pérdida de peso) y limita la actividad de microorganismos patógenos, prolongando así la vida útil del producto.
Este proceso, conocido como preenfriamiento, puede realizarse mediante distintas técnicas: hidroenfriamiento (hydrocooling), aire forzado, hielo o vacío. En el caso de la fruta de hueso, los métodos más empleados son el hidroenfriamiento y el enfriamiento por aire, debido a su eficacia y adaptabilidad a las condiciones postcosecha de este tipo de productos.
Durante la jornada, la Dra. Laia Torregrosa, Responsable del Departamento de I+D+i de ILERFRED —empresa especializada en soluciones de refrigeración y atmósfera controlada—, abordó en profundidad las particularidades de ambos sistemas. Su presentación, titulada "Revolucionando la postcosecha de la fruta de hueso: Sistemas de preenfriamiento por agua y aire", ofreció una visión clara de los beneficios del preenfriamiento y compartió casos de éxito reales de su aplicación en el sector.
El preenfriamiento evita entrar a cámara el producto caliente, lo que predispone la pérdida de humedad, acelerando la pérdida de calidad, explica Laia Torregrosa
El hidroenfriamiento (hydrocooling) es una de las técnicas más eficaces para reducir rápidamente la temperatura del fruto tras la cosecha. Su principal ventaja frente al enfriamiento por túnel de aire forzado es su mayor velocidad de enfriamiento, así como su capacidad para minimizar la deshidratación del producto. No obstante, presenta ciertos desafíos: si el agua no es tratada correctamente, puede convertirse en fuente de contaminación, y su consumo energético es ligeramente superior al del enfriamiento por aire. Además, los embalajes utilizados deben ser compatibles con la inmersión en agua.
Una ventaja adicional del hydrocooling es la posibilidad de incorporar tratamientos poscosecha en el agua para prevenir trastornos fisiológicos. Por otro lado, el enfriamiento por aire forzado, aunque algo más lento, es un sistema limpio, simple y altamente eficiente, ampliamente adoptado en la industria.
Existen numerosos estudios que cuantifican las pérdidas en poscosecha en función del tiempo que se tarda en preenfriar un producto; cuanto mayor es, mayor pérdida de calidad. La tendencia es a un mayor uso buscando maximizar la calidad. La cereza ya no se concibe sin este tratamiento.
Los hydrocoolers típicos miden alrededor de 1,8 metros de altura, lo que permite la entrada directa de palets. Están fabricados en doble chapa de acero inoxidable y cuentan con bandejas perforadas tipo rompegotas, diseñadas para reducir la velocidad de caída del agua y proteger la fruta. Existen versiones estáticas y dinámicas: en estas últimas, una cinta transportadora regula el tiempo de exposición en función del flujo de entrada del producto. Una mejora reciente en los modelos estáticos es la incorporación de puertas automáticas, que facilitan la carga y descarga mediante carretilla elevadora.
En colaboración con el Equipo de Postcosecha del IRTA, ILERFRED lleva a cabo estudios que evalúan el impacto del preenfriamiento sobre parámetros como pardeamiento interno, enrojecimiento y harinosidad. Si bien los resultados varían según la variedad, en general se ha observado que el hidroenfriamiento reduce significativamente estos defectos, mejora la firmeza de la pulpa y potencia la emisión de compuestos volátiles, contribuyendo así a una mejor percepción sensorial. En el caso del melocotón, se ha demostrado que esta técnica ayuda a reducir la incidencia de infecciones incipientes no visibles.
Además, ILERFRED participa activamente en el proyecto Protech, junto con IRTA e ILERDAGUA, centrado en la optimización del uso del agua en procesos de enfriamiento. En este marco, se investiga la recuperación del agua mediante floculantes, con el objetivo de determinar durante cuánto tiempo puede reutilizarse sin comprometer la seguridad del proceso.
El enfriamiento por túnel de aire forzado es una técnica limpia, eficiente y versátil. Aunque es más lento que el hidroenfriamiento, su simplicidad y menor riesgo de contaminación lo hacen muy atractivo para muchas centrales.
Estos túneles pueden ser fijos o móviles. Es posible dedicar una cámara exclusivamente a preenfriamiento o adaptar una cámara convencional mediante lonas que canalizan el aire a través del producto, accionado por ventiladores aspirantes.
Los hydrocoolings dinámicos tienen una longitud estándar de 5 metros y permiten regular la velocidad de paso de la fruta, con tiempos de exposición entre 5 y 20 minutos. Combinando varios túneles se pueden adaptar los volúmenes de preenfriamiento a las necesidades operativas de la planta.
Históricamente, el uso de maquinaria en el sector agroindustrial ha estado motivado por la necesidad de mejorar o reemplazar el trabajo humano. En la actualidad, la escasez de personal, la falta de formación especializada y el aumento de los costes laborales —como lo demuestra un incremento del 54 % en el salario mínimo en los últimos seis años— son factores que impulsan aún más la automatización.
Isaac Mataró, director comercial de Maf Roda Norte España, compartió las soluciones tecnológicas que su empresa desarrolla para abordar estos desafíos en el sector frutícola, particularmente en fruta de hueso. Propuso tres pilares fundamentales para la optimización de costes y la mejora de la calidad:
Clasificación automatizada por calidad,
Incorporación del precalibrado, y
Automatización de la confección y logística interna.
Isaac Mataró destaca el encarecimiento de la mano de obra y los requisitos de calidad como los principales impulsores de la automatización de los procesos en almacén
GLOBALSCAN 7 es el sistema de clasificación más avanzado del mercado. Utiliza cámaras multiespectrales que capturan todas las longitudes de onda, y mediante tecnología de inteligencia artificial, identifica y clasifica los frutos según diámetro, color, forma, defectos externos y zonas blandas, evaluando incluso el grado de incidencia de cada imperfección. Se trata de un sistema patentado y único en el mercado.
El sistema se integra con el nuevo software Stonefruit QS, que destaca por su interfaz visual, intuitiva y potente, facilitando la operativa del usuario.
Para medir parámetros internos como el grado Brix —cada vez más demandado por clientes— se emplea INSIGHT 2, un sistema NIR (infrarrojo cercano) no invasivo, capaz de analizar hasta 22 frutos por segundo con gran precisión. Ofrece dos versiones:
INSIGHT 2 realiza un análisis espectral con 600 longitudes de onda, asegurando lecturas precisas del contenido interno de los frutos.
El sistema de trabajo actual, aunque efectivo en cuanto al trato de la fruta, enfrenta retos relacionados con el manejo de calibres sobrantes y los elevados costos de la mano de obra. Esto ha motivado la incorporación del precalibrado como práctica estándar en muchos almacenes, especialmente con el avance de la Industria 4.0 aplicada a la fruta de hueso.
Si bien el precalibrado implica una inversión inicial y el trabajo de la fruta en dos etapas, los beneficios son significativos. Este proceso permite una optimización de los costos, aumenta la productividad y facilita una respuesta rápida ante las demandas comerciales, ya que el producto llega precalibrado y listo para su comercialización.
Comparación entre procesado actual y la incorporación del precalibrado
El precalibrado se puede realizar de dos maneras: en seco o en agua. En el caso del precalibrado en seco, la fruta se almacena en cajas de 15 a 20 kg, que permiten un trato cuidadoso y evitan daños. Las cajas son ideales para quienes trabajan con fruta a granel, ya que el sistema es eficiente y económico. La posibilidad de usar sistemas vibrantes para acomodar la fruta en las cajas asegura un manejo delicado.
Por otro lado, el precalibrado en agua, tradicionalmente utilizado para manzanas, ha demostrado ser igualmente eficaz para otras especies, tanto flotantes como no flotantes. Este proceso es extremadamente cuidadoso, ya que elimina los golpes y la transferencia en seco, lo que mejora la conservación de la fruta. Además, el agua utilizada puede ser tratada para prevenir la transmisión de patógenos.
En este sistema, la fruta se guarda en bins, y el llenado puede realizarse tanto en seco como en agua. Existen sistemas que acumulan la fruta en agua, y otros que lo hacen en seco mediante lonas. Este último es particularmente adecuado para la fruta de hueso, ya que minimiza el riesgo de daño.
Cuando el precalibrado se realiza en agua, la cantidad necesaria de fruta se acumula en un bin. Una vez alcanzada la cantidad deseada, se genera un microoleaje que, junto con la apertura de una compuerta, facilita la transferencia de la fruta al bin de manera suave y controlada. Este proceso garantiza el mejor trato a la fruta, con la mínima intervención humana, ya que solo se requieren dos personas para operar el equipo. Tras el llenado, el bin se etiqueta y se traslada a la cámara para su posterior almacenamiento.
Para optimizar el transporte interno en sus almacenes, Maf Roda ha implementado dos tipos de Vehículos de Guiado Automático (AGV): uno equipado con rodillos y otro con uñas, similar a una carretilla. Ambos modelos cuentan con 20 horas de autonomía, lo que permite reducir tanto la necesidad de personal como el número de carretillas tradicionales, mejorando así la eficiencia en el proceso logístico.
Estos vehículos automáticos desempeñan tareas clave dentro de la cadena de producción, como el enlace entre el sistema de calibrado y las líneas de confección monocalibre. El guiado se realiza mediante distintos sistemas, como bandas magnéticas o guiado natural, y las máquinas involucradas en el proceso gestionan de manera autónoma la operativa, optimizando así el flujo de trabajo.
En cuanto a la confección monocalibre, Maf Roda ofrece tres sistemas de automatización que varían en prestaciones: Speed Packer, Fastpack Peach y Linepack V3 Peach.
Speed Packer es el sistema inicial que toma la fruta de bandejas alveoladas y la coloca cuidadosamente en cestas, las cuales pueden ser enviadas a procesos de enmallado o flowpack. Además, tiene la capacidad de alimentar hasta dos máquinas de cestas o una máquina de flowpack, y también permite confeccionar cajas con mantos, por ejemplo, de 30 x 50 cm. Con este sistema, un equipo de solo cuatro personas puede realizar el trabajo que normalmente llevaría de 15 a 20 operarios.
Fastpack es la evolución del Speed Packer, en la que la orientación de la fruta es gestionada automáticamente por la máquina. Este avance permite una reducción de entre cuatro y cinco personas en el equipo y mejora la producción, alcanzando hasta 1000 o 1200 kg de fruta por hora.
Por último, el sistema Linepack V3 Peach lleva la automatización un paso más allá. En este caso, cada robot puede confeccionar entre 600 y 650 kg de fruta por hora, identificando con precisión el tallo y el color para orientar la fruta de manera óptima. Este sistema se puede integrar con robots colaborativos en líneas de producción que van de 4 a 16 unidades, y tiene la capacidad de combinarse con sistemas avanzados de calidad, como Globalscan 7, para asegurar la excelencia del producto final.
La intervención de Carlos María Lozano Tomás, dedicada a explicar las regulaciones fitosanitarias para la exportación, tuvo lugar en una fecha muy especial: el último día de su dilatada y reconocida carrera en el Centro de Sanidad y Certificación Vegetal de Aragón. Muy querido por sus compañeros y por el sector, los organizadores de Postharvest TALKS aprovecharon la ocasión para rendirle homenaje con una detalle, en agradecimiento a su dedicación y aportaciones a lo largo de los años.
Carlos María Lozano se despidió del ámbito profesional compartiendo su experiencia y conocimiento sobre los requisitos fitosanitarios que deben cumplir los productos agrícolas para su exportación.
Estos requisitos son establecidos por los países importadores con el fin de evitar la entrada y propagación de plagas y enfermedades que puedan afectar a sus cultivos y ecosistemas. Constituyen una herramienta clave para la protección de la biodiversidad y la seguridad agrícola.
Es responsabilidad del exportador conocer y cumplir con estas regulaciones, que se recogen en la normativa fitosanitaria del país de destino. El cumplimiento de dichas exigencias es imprescindible para obtener el permiso de importación.
Las principales fuentes de información sobre estos requisitos son el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), los departamentos autonómicos de agricultura, las Consejerías del MAPA en el exterior, las autoridades fitosanitarias del país importador y, en muchos casos, el propio importador.
Se considera país tercero a cualquier nación no perteneciente a la Unión Europea. Además, es importante prestar especial atención a las denominadas regiones ultraperiféricas, que, aunque forman parte de Estados miembros de la UE, están sujetas a normativas específicas debido a su localización geográfica. Este es el caso, por ejemplo, de Canarias (España), Azores y Madeira (Portugal).
Los agentes que pueden intervenir en la emisión de un certificado fitosanitario son principalmente cuatro. En primer lugar, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), a través de la Subdirección General de Acuerdos Sanitarios y Control en Frontera o del Servicio de Inspección de Sanidad Vegetal en Frontera (SISVF). También participan los Departamentos de Agricultura de las Comunidades Autónomas (CCAA), mediante sus respectivos Servicios de Sanidad Vegetal.
Otro actor relevante son las entidades auditoras, que actúan como terceros independientes y apoyan a la autoridad competente en tareas de control durante campañas específicas de exportación, siempre que esta lo considere necesario. Finalmente, están los agentes de control, técnicos cualificados y autorizados oficialmente para emitir atestaciones de cumplimiento de requisitos fitosanitarios o certificar el estado fitosanitario de los productos destinados a la exportación fuera de campañas específicas. Esta figura no opera en Aragón, pero sí está activa en Cataluña.
Los documentos necesarios para realizar una exportación pueden incluir uno o varios de los siguientes: certificado fitosanitario de exportación, declaración adicional, atestación fitosanitaria o certificado previo a la exportación.
El certificado fitosanitario de exportación, emitido por el SISVF, acredita que los productos cumplen con las condiciones y requisitos exigidos en el momento de su expedición. Para su obtención, puede ser necesaria previamente una atestación fitosanitaria.
La declaración adicional forma parte del certificado fitosanitario y, en muchos casos, refleja la información incluida en la atestación fitosanitaria.
La atestación fitosanitaria es emitida por el Servicio de Sanidad Vegetal de la Comunidad Autónoma o por un agente de control autorizado. Está destinada a los inspectores del SISVF, y su contenido se incorpora posteriormente a la declaración adicional.
El certificado previo a la exportación lo expide el Servicio de Sanidad Vegetal de la Comunidad Autónoma, y acompaña a la mercancía cuando su destino es otro país de la Unión Europea, desde donde será reexportada a un país tercero. Está dirigido a la autoridad fitosanitaria del país comunitario exportador.
Por último, CEXVEG es una aplicación informática del MAPA que facilita la gestión de campañas de exportación, permitiendo tramitar tanto las solicitudes de atestaciones fitosanitarias como las de certificados de exportación.
Los tratamientos por frío, utilizados para prevenir la transmisión de determinadas plagas, pueden realizarse en origen o en tránsito. Son competencia exclusiva del Servicio de Inspección de Sanidad Vegetal en Frontera (SISVF), y deben llevarse a cabo en instalaciones expresamente autorizadas por el MAPA.
Estas instalaciones deben estar equipadas con sensores calibrados —tanto de pulpa como de ambiente— en presencia de personal del SISVF, y se realiza un registro continuo de las temperaturas durante todo el tratamiento. Tanto el precintado como el desprecintado de la mercancía son procedimientos oficiales.
Existen diferentes modalidades de exportación, en función de los requisitos fitosanitarios:
Imagen de un Certificado fitosanitario
El certificado fitosanitario se compone de los siguientes apartados:
Mediante acuerdos bilaterales, se desarrollan campañas de exportación que establecen los requisitos específicos para determinados productos y destinos. En el caso de la fruta de hueso, destacan las siguientes campañas:
Al finalizar su exposición, el ponente compartió algunos contactos de referencia para la gestión de exportaciones:
DECCO es una empresa especializada en soluciones para la poscosecha de frutas y hortalizas. Durante su intervención, Julio Marín Borrás, Business Manager de Decco Ibérica, presentó brevemente el “Ecosistema UPL”, un conjunto de empresas que comparten un objetivo común: aportar valor a lo largo del proceso de producción de alimentos.
Este ecosistema incluye, además de la propia DECCO, a las siguientes compañías:
DECCO ofrece soluciones tecnológicas que abarcan desde las etapas previas a la cosecha hasta el almacenamiento, transporte (terrestre y marítimo), distribución y punto de venta. Sus productos están diseñados para preservar la calidad de los alimentos, reducir pérdidas y prolongar la vida útil de los productos frescos.
Actualmente, DECCO protege aproximadamente 9,5 millones de toneladas de cítricos, el 50 % de las piñas exportadas a nivel mundial, y el 70 % de las cerezas destinadas al mercado internacional.
En el caso de la fruta de hueso, Julio Marín destacó su alta sensibilidad y corta vida útil, lo que exige una actuación rápida en almacén tras la cosecha. Los principales problemas en esta categoría son las podredumbres causadas por dos patógenos clave:
Además, en determinados momentos de la campaña, pueden aparecer daños estéticos asociados al arrugamiento del fruto, lo que afecta a su comercialización aunque no a su inocuidad.
Julio Marin explica las necesidades en cada etapa de la confección para minimizar las causas de pérdida de calidad en fruta de hueso
DECCO apuesta por el uso de tratamientos en drencher y balsas como herramientas clave para el manejo poscosecha de fruta de hueso. El drencher es especialmente eficaz, ya que permite tratar grandes volúmenes de fruta de forma rápida y homogénea. Ofrece una cobertura total del fruto y puede integrarse con el sistema DECCO Daf. No obstante, su uso requiere una gestión adecuada, ya que un mal manejo puede convertirlo en una fuente de contaminación cruzada.
El sistema DECCO Daf está diseñado para el llenado y reposición automática del caldo de tratamiento en drenchers o balsas. Permite añadir, con cada bin o palé, la cantidad proporcional exacta de fungicida necesaria para mantener la concentración adecuada del producto, reduciendo el riesgo de errores humanos y asegurando la uniformidad en la aplicación. Además, incorpora un sistema de alarmas que avisa ante la falta de producto, lo que mejora la seguridad y eficacia del tratamiento.
En cuanto a productos, DECCO Pyr es una solución basada en pirimetanil al 40 %, cuya forma de acción consiste en inhibir la síntesis de metionina, esencial para la producción de aminoácidos y proteínas del hongo. Actúa reduciendo la germinación de esporas y evitando la expansión de las lesiones.
DECCO Pyr presenta acción preventiva y curativa, y ha demostrado ser eficaz contra una amplia gama de patógenos:
Penicillium spp., Monilinia sp., Botrytis sp., Alternaria sp., Gloeosporium sp. y Rhizopus spp.
Durante la presentación, se compartieron resultados de ensayos que mostraron una eficacia del 92 % en el control de Monilinia spp. y un 80 % de control sobre Rhizopus spp.
Además, DECCO Pyr se utiliza en tratamientos de recuerdo para conservación prolongada. En un ensayo realizado con pera limonera, alcanzó un 96 % de eficacia contra Botrytis, y en manzana Golden, combinado con tratamiento por baño, logró un 97 % de control contra Botrytis.
DECCO cuenta con soluciones para las diferentes etapas a partir de la cosecha
La primera barrera para prevenir el desarrollo de patógenos causantes de podredumbres en fruta es una correcta desinfección de las instalaciones. En este contexto, la lavadora DECCO Washer ofrece una solución eficaz, precisa y constante para el lavado en línea de la fruta. Este equipo dosificador está diseñado para aplicar DECCO Sol y/o DECCO Said, reduciendo tanto la carga microbiana sobre la fruta como la contaminación cruzada durante el proceso.
DECCO Sol es un detergente específico para poscosecha, formulado con ingredientes biodegradables, indicado para la eliminación de suciedad, polvo y residuos adheridos a los frutos. No compromete la calidad de los vertidos, lo que lo hace respetuoso con el medio ambiente.
DECCO Said es un producto de desinfección sin residuos, que impide la formación de biopelículas. Puede aplicarse mediante drencher, balsas o sistemas de spray, asegurando versatilidad en distintos entornos de tratamiento.
DECCO también dispone de equipos de aplicación y monitoreo específicos para DECCO Said, que permiten realizar la dosificación automática en función de la lectura del potencial redox del agua. Este sistema ajusta de forma continua la cantidad necesaria de producto para mantener una desinfección eficaz y segura. Entre sus principales ventajas destacan la reducción de la contaminación del agua, la disminución en el consumo hídrico y la minimización de la contaminación cruzada.
Además, se presentaron resultados positivos de otros productos de la gama DECCO, como Decco Triplex, un biocida para superficies con actividad frente a bacterias, hongos y virus, y Decco Aerosol Ultra, un biocida ambiental que contribuye a combatir resistencias y reducir el número de esporas en el ambiente de trabajo.
Los recubrimientos son fundamentales para potenciar la vida útil de la fruta, ya que actúan como una barrera física que retrasa la senescencia e impide la acción de los patógenos. Para fruta de hueso, DECCO ofrece Naturcover, un recubrimiento comestible que contribuye a reducir la pérdida de peso y alargar la vida útil del fruto. Los resultados de los ensayos demostraron que Naturcover controla eficazmente la pérdida de peso, mantiene la firmeza del fruto, reduce la deshidratación tanto de la fruta como del pedúnculo, y, en general, permite prolongar la vida útil.
La precisión, eficacia y constancia de los efectos de Naturcover se logran con el sistema DECCO Dos, un dosificador de fungicidas y recubrimientos en desarrollo, especialmente diseñado para líneas de fruta de hueso. Sus beneficios incluyen la capacidad de mantener el recubrimiento homogéneo sobre la fruta y garantizar la uniformidad de residuos. El sistema DECCO Dos está disponible en modalidades manual, automática o con la opción de integración con Decco Vision.
El etileno es un regulador del crecimiento que controla diferentes procesos fisiológicos, incluida la maduración y la senescencia de los frutos. Sin embargo, esta hormona vegetal también puede causar maduración prematura y deterioro de los productos durante el almacenamiento y transporte.
El 1-MCP (1-metilciclopropeno) es una herramienta eficaz para bloquear los receptores de etileno, ralentizando el proceso de maduración y prolongando la vida útil de la fruta. FRUITSMART es la formulación de DECCO con 1-MCP, utilizada específicamente para reducir la producción de etileno, retrasando la maduración y extendiendo la vida útil de la fruta.
Los beneficios del 1-MCP, como se evidenció en los ensayos en fruta de hueso, incluyen el control de la pérdida de peso, el mantenimiento de la firmeza y el retraso en la aparición de pardeamiento interno hasta en un 77% en variedades sensibles. En platerinas, también se reduce la vitrescencia. Como resultado, la vida útil de la fruta se prolonga.
Mesa redonda de preguntas abiertas
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