La reciente guerra en Ucrania ha vuelto a poner en primera plana el debate sobre el riesgo que entraña la dependencia de las importaciones. Un riesgo aun mayor cuando el producto importado es de primera necesidad. El conflicto ucraniano, país considerado como el “granero de Europa” ha puesto en jaque la cadena de suministro alimentaria a nivel mundial, habiéndose visto seriamente comprometidos un gran número de sectores.
Esta dependencia es aún más marcada en el caso de la ganadería española, cuya dependencia respecto a las importaciones de soja es casi total. Y es que, a día de hoy, la soja es prácticamente la única fuente viable de aporte de proteína para la elaboración de piensos compuestos para el ganado.
La perspectiva no es mejor en cuanto a la alimentación humana. En el caso de España, el déficit nacional en cuanto a proteínas de origen vegetal es del 70%, es decir, se consume considerablemente más de lo que se produce. Por otro lado, la sociedad es cada vez más exigente respecto a los productos que consume. La demanda de alternativas a la proteína de origen animal que sean sostenibles, saludables y nutritivas, es creciente.
Es ante este contexto que surge el Grupo Operativo PROTEINLEG, un proyecto de innovación que busca desarrollar nuevos productos ricos en proteína vegetal para alimentación humana y animal a partir de variedades tradicionales y de cercanía de leguminosas. Estas, además, serán cultivadas mediante métodos de producción y procesamiento sostenibles.
Ante la clara necesidad de fomentar el cultivo y la diversificación de fuentes de proteína vegetal en España, PROTEINLEG ha puesto el foco en las legumbres por sus numerosos beneficios, muchos de ellos derivados de su gran capacidad de fijación de nitrógeno:
- Baja necesidad de fertilizantes
- Incremento de la producción en cultivos rotativos
- Disminución de la degradación de la tierra.
Además, son parte fundamental de la dieta mediterránea por su bajo índice glucémico, su buen perfil antioxidante o su capacidad de retención de agua y de absorción de grasa. En concreto, el proyecto PROTEINLEG ha trabajado con judías, habas, garbanzos, altramuces y guisantes.
Esta iniciativa, de carácter multidisciplinar y supra-autonómico, está coordinada por la Fundación Empresa-Universidad Gallega (FEUGA), y que cuenta con la participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, a través de la Misión Biolóxica de Galicia; el Centro Tecnolóxico da Carne, Almacenes Gamallo, Semillas Ramiro Arnedo y MIMIC SeaFood.
Las actividades de PROTEINLEG, iniciadas a finales de 2021 y cuya fecha prevista de finalización es marzo de 2023, están divididas en cuatro grandes bloques de trabajo: agrobiodiversidad, sostenibilidad y el desarrollo y validación de las nuevas formulaciones para alimentación humana y animal. Estando ya en su parte final, ya se han obtenido numerosas conclusiones, que a continuación se recogen.