El cultivo de la patata sufre graves pérdidas económicas a nivel mundial ocasionadas por las plagas del complejo de las polillas de la patata, formado por las especies Phthorimaea operculella, Symmetrischema tangolias y Tecia solanivora. Mientras que P. operculella tiene una distribución cosmopolita, T. solanivora y S. tangolias presentan una distribución más restringida. De hecho, esta última no se encuentra presente en Europa. Aunque el daño de las tres polillas de la patata es similar, T. solanivora se considera una de las plagas invasivas más importantes en este cultivo, pudiendo llegar a tener efectos devastadores en las áreas infestadas. El nombre de polilla guatemalteca de la patata se debe a que su origen se sitúa en Guatemala (1970), desde donde se extendió al resto de Centroamérica: Costa Rica (1973), Panamá (1973), Venezuela (1983), Colombia (1985) y Ecuador (1996). En España se detectó en las Islas Canarias en Tenerife en 1999, y en 2015 fue detectada en Galicia, desde donde llegó en poco tiempo al Principado de Asturias. La ausencia de manejo de la plaga puede suponer la pérdida de más del 50% de la cosecha en campo y el 100% en almacén. En Canarias, no sólo se han producido reducciones de la superficie de cultivo, sino también un aumento de los gastos debido a su gestión. En la península ibérica es necesario controlar esta plaga para evitar su expansión en el territorio, y de allí al resto de la Unión Europea, donde está regulada como un organismo nocivo de cuarentena (lista A2). Actualmente las medidas de control de T. solanivora se basan fundamentalmente en prácticas culturales, tanto en campo como en almacén. El control químico ha mostrado ser ineficaz para el control de esta plaga, por lo que los esfuerzos se han orientado a la búsqueda de alternativas como el control biológico.
Al tratarse de una plaga introducida, T. solanivora carece de enemigos naturales autóctonos específicos, lo que ligado a unas condiciones ambientales favorables y la ausencia de un control químico eficaz ha permitido el rápido crecimiento y establecimiento de sus poblaciones. Ante esta situación, es necesario abordar la búsqueda de enemigos naturales que puedan ejercer un control biológico esta plaga. Se han documentado especies que actúan como enemigos naturales sobre huevos y larvas de T. solanivora, habiéndose encontrado tanto parasitoides como depredadores, así como nematodos parásitos y patógenos. No obstante, se desconoce su grado de influencia en las poblaciones de la plaga y se conocen pocos de ellos que puedan desempeñar un papel significativo en el manejo de ésta. A fin de agilizar la búsqueda de organismos controladores, y atendiendo a las similitudes en biología y hábitos de las dos polillas, algunos autores han sugerido y ensayado el uso de enemigos naturales de eficacia conocida para la polilla común (P. operculella) sobre T. solanivora. En Sudamérica, algunos de los agentes de control biológico evaluados han sido el granulovirus PhopGV y los parasitoides Copidosoma koehleri y Trichogramma lopezandinensis, aunque en los diferentes trabajos de prospección desarrollados tanto en Sudamérica como en las islas Canarias y la península ibérica se han encontrado también icneumónidos y ácaros.
Actualmente, en el ICIA se está estudiando el uso de especies de Trichogramma presentes en Canarias. Trichogramma es un género de himenópteros que parasitan principalmente huevos de polillas y mariposas. La gran mayoría de las especies de este género son polífagas y parasitan a un amplio rango de lepidópteros, así como también a insectos de otros órdenes. Esta preferencia por los lepidópteros ha llevado a que las especies de este género sean comúnmente utilizadas en todo el mundo como agentes de control biológico para las plagas de este orden. Se realizó el estudio de la biología de dos especies de parasitoides de huevos de polilla del género Trichogramma (Tsp1 y Tsp2), evaluando su parasitación a diferentes condiciones de iluminación, su capacidad funcional a distintas temperaturas, y su preferencia de huésped entre las dos especies de polilla de la patata presentes en Canarias: P. operculella y T. solanivora.
Los ensayos de iluminación mostraron baja idoneidad de Tsp1 en condiciones de oscuridad, por lo que se descartó para su uso en condiciones de almacén. Sin embargo, en condiciones de luminosidad ambas especies mostraron una parasitación adecuada: Tsp2 tuvo mejor comportamiento a temperaturas medias-bajas (15-25°C), mientras que Tsp1 se mantuvo estable a las temperaturas evaluadas, sólo viendo reducida severamente su eficacia a 15°C. El buen comportamiento a temperaturas bajas y en condiciones de oscuridad de Tsp2 la postula como una candidata idónea para ser utilizada en condiciones de almacén. Por otra parte, la evaluación de ambas especies en condiciones de semicampo, en invernadero, mostró diferencias significativas de Tsp1 con el tratamiento control, tanto en el número de patatas sanas como en la reducción de los niveles de polilla, mientras que Tsp2 no mostró ser eficaz.
En cuanto a organismos depredadores, si bien no se han realizado aplicaciones en condiciones de campo, actualmente tanto la Universidad de Almería (UAL) como el ICIA están estudiando el posible uso de ácaros depredadores de huevos en almacén. Éstos se están ensayando tanto sobre P. operculella como sobre T. solanivora, a fin de proporcionar alternativas al control químico cada vez más restringido en estos espacios, debido a la escasez de productos autorizados. Se realizó el análisis de la viabilidad del ácaro depredador Blattisocius tarsalis como agente de control biológico para T. solanivora a diferentes temperaturas y de su eficacia frente a distintos niveles de infestación de polilla y con dosis bajas y altas del ácaro. Además, se llevó a cabo un ensayo de preferencia del ácaro frente a las dos especies de polillas presentes en Canarias: P. operculella y T. solanivora. Se encontró que el ácaro mantiene su capacidad depredadora en el rango de 10 a 27°C, con mejores resultados al incrementarse la temperatura. En los ensayos a diferentes niveles de infestación, a niveles bajos (10 huevos de polilla), la mortalidad más alta de huevos se alcanzó con 5 ácaros, mientras que a altos niveles (50 huevos de polilla) la mortalidad máxima se encontró a la dosis de 10 ácaros, con eficacias elevadas. El ensayo de elección entre las dos especies de polilla encontró que el ácaro no mostraba preferencia por ninguna de ellas, depredando ambas por igual. Estos resultados muestran que B. tarsalis es un muy buen candidato como agente de biocontrol para ambas polillas en condiciones de almacenamiento sin refrigeración.