El sistema RASFF de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea ha emitido una alerta alimentaria procedente de España advirtiendo de niveles de aflatoxinas en pistachos por encima de lo permitido. Los pistachos proceden de Turquía y han sido calificados como “riesgo grave” para la salud.
El consumo de aflatoxinas aumenta el riesgo de padecer cáncer, y estos frutos secos superan el nivel máximo permitido de aflatoxinas de 10 µg/kg – ppb. Las aflatoxinas son un tipo de toxinas que producen ciertos hongos en cultivos agrícolas como el maíz, el cacahuate o los frutos secos.
Las aflatoxinas son micotoxinas producidas por hongos del género Aspergillus. Las micotoxinas son metabolitos secundarios tóxicos, producidos por organismos del reino fungi, que incluye setas, mohos y levaduras. Cuando las condiciones de humedad y temperatura son las adecuadas, proliferan y forman colonias que pueden resultar en altas concentraciones de micotoxinas.
Son numerosos los factores que pueden influir en la presencia de hongos productores de micotoxinas, como son la resistencia genética del cultivo, las condiciones climatológicas con temperaturas y humedades altas, condiciones de transporte y almacenamiento no adecuadas y un secado deficiente. La contaminación del producto puede ocurrir en cualquier punto de la cadena, desde la cosecha, la recolección, el almacenaje, el transporte, o la elaboración y conservación.
Se conocen más de 800 micotoxinas como compuestos presentes en maíz, trigo, cebada, arroz, semillas de sésamo o cacahuete. Solo 30 poseen propiedades tóxicas de importancia, siendo las aflatoxinas, la ocratoxina A, la zearalenona, las fumonisinas y los tricoticenos (deoxinivalenol T2 y HT-2) las principalmente asociadas a problemas de toxicidad alimentaria.
La principales alimentos en los que podemos encontrar micotoxinas son los cereales, las harinas y los productos elaborados a partir de ellos (pan, productos panadería, pastelería o bollería), pero también se encuentran en los frutos secos, la leche y derivados lácteos (aflatoxinas), frutas y derivados (patulina y ocratoxina A), café, cerveza o vinos. Las micotoxinas también se encuentran en piensos para animales, por lo que puede pasar al consumidor indirectamente a través de residuos en los productos derivados de los animales como la carne, los huevos o la leche.
Hasta hace poco, la legislación europea que fijaba el contenido máximo permitido era el Reglamento 1881/2006, de 19 de diciembre de 2006. Desde abril de 2023 está vigente el Reglamento 2023/915 de la Comisión de 25 de abril de 2023 relativo a los límites máximos de determinados contaminantes en los alimentos.
En este reglamento, las micotoxinas se incluyen dentro del apartado Toxinas Naturales donde se modifican los límites máximos y se amplían la regulación a nuevas toxinas como la citrinina, esclerocios de cornezuelo y alcaloides de cornezuelo.
Los métodos para el análisis de las micotoxinas han ido evolucionando en busca de una mayor precisión en la identificación de estas sustancias en alimentos y piensos, por lo que es necesario disponer de la tecnología más avanzada y de las acreditaciones necesarias para avalar la competencia técnica y calidad en los ensayos.
En AGQ Labs ponemos a disposición de nuestros clientes ensayos específicos para la determinación de las principales micotoxinas mediante cromatografía de líquidos acoplada a espectrómetros de masas (LC/MSMS) para alimentos como los cereales, los frutos secos o el café, entre otros.
Las principales micotoxinas analizadas son:
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